sábado, 21 de diciembre de 2013

normalizar



Necesitamos sentirnos "normales". Entonces realizamos diferentes manifestaciones y eventos públicos para integrar la diversidad, sea del tipo que sea. 

Reivindicamos nuestro derecho a ser distintos, nuestra dignidad. Todos somos diferentes, todos somos iguales, todos somos personas.

Qué es ser normal? Acaso debemos ser todos iguales? Por qué hay que reivindicar lo obvio? 


Insistiendo en la normalización nos olvidamos de las capacidades y discapacidades. Crear falsas expectativas es chungo, ir más allá de nuestras posibilidades reales también. Aceptar, acoger, comprender, dar oportunidades... es bien. Sin apalancarse,  sin presionar, motivando.

En mi flowerpowerismo innato me olvido de que algunas gentes ignoran la coherencia y cohesión social. Es importante saber ser una persona, educar a relacionarnos, cultivar la competencia relacional, las habilidades emotivas, promover momentos de integración.


Permitir que cada uno desarrolle sus propias competencias para saber, saber ser, saber hacer, saber estar presente. Inculcar valores desde pequeños enseñando a nuestros hijos que lo importante, la verdadera educación, es algo mucho más profundo e intenso que los buenos modales. 

Aprender a mirar a los demás con los ojos del corazón, desde la desigualdad que nos iguala. Desde el tu a tu, evitando egos y prepotencias, huyendo de problemas de autoestima. Todos somos capaces de desarrollar nuestro potencial, cada uno el suyo.


Entonces la inclusión viene por si misma porque dejamos de prejuzgar. 


(soy una persona bastante atípica, y al mismo tiempo muy normalita)


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