martes, 29 de octubre de 2013

minúscula

durante muchos años escribía siempre mi nombre con minúsculas, emma, hasta que un día me posicioné en Emma, sin más

pues bien, de vez en cuando tengo algunos momentos de vida, de diversa duración y consistencia, en  los que me siento muy minúscula, como por ejemplo hoy, desde anoche

de pronto llega información inesperada que me hace temblar por dentro, ese interior frágil que protejo a capa y espada con mi disfraz de fortaleza

según qué episodios me producen una tristeza profunda, mezclada con rabia, acompañada de llanto, con resultado de pequeñez

cuando aquello en lo que creo, lo que creo que creo y lo que creo que soy se va todo al carajo... me quedo en el aire, sin asideros 

me siento diminuta, con ganas de pasar desapercibida, en silencio, despacito, sin que me vean 

(que paren un ratito el mundo)

mi padre me decía que con la edad haces callo y te endureces... en mi rebeldía innata cada proceso me vuelve más sensible y vulnerable; es esto aprender?

necesito volver a creer en mi misma, sin mayúsculas ni falsas expectativas, sin superlativos; desde la base, desde la calma; volver a confiar en lo y los de confianza

deseando un abrazo protector que me ayude a volver a mi tamaño natural (que viene siendo enorme por fuera y chiquitín por dentro) 


quién me regala una sonrisa? 






domingo, 27 de octubre de 2013

castañada

En casa hacemos panellets de toda la vida... bueno desde hace 35 años. Aprendí la receta de mi suegro y los primeros me quedaron como galletas, esparramaos. (Ahora nos salen riquisitos).

Estuve llevando el AMPA del cole de mis peques y era la primera que torraba castañas en el patio de la escuela.

Me encantan las tradiciones, soy muy normal en eso, aunque nací en otra tierra  y tal vez ni soy de aquí ni soy de allí. Sea como fuere me gustan los calçots i las calçotades, las monas de pascua (y las torrijas).

Los panellets y las castañas, los boniatos, el moscatel, lo que viene siendo la castañada, es delicioso y el proceso de elaborarlo divertido y familiar. 

Me entusiasman los Castells y me emociono con el calor, el esfuerzo, la grandiosidad, la piña... (Sorry por haber faltado hoy).

Pues bien, señoras y señores, una vez aclarado estoy os cuento que hemos pasado el día inmersos en Hallowen... sisi en esa celebración de origen celta que se ha convertido en no se lo qué. 

Hemos ido a divertirnos y desconectar al Port Aventura, entre otras cosas porque uno de los nuestros se está ganando un rato la vida haciendo lo que más le gusta y lo que mejor sabe hacer... él es actor. 
Ahora representa el papel de Beetlejuice y lo hace estupendamente.  

Es decir que todo es posible y compatible si sabemos darle a cada cosa su importancia en y por si misma.
Hoy Halloween, el jueves castañada. 


La mayoría del tiempo simplemente persona humana.

martes, 22 de octubre de 2013

mar

Me encanta la montaña, incluso la alta, excursionar por los Pirineos es un regalo para los sentidos.

Me fascina el bosque, pasear entre los arboles perdiéndome del mundo es encantador.

Me cautiva el campo, observar los cambios de las estaciones, de los cultivos, es sorprendente.

Me gusta el río, el agua cristalina, fría, las cascadas, las veredas. Es estupendo.

Me hipnotiza una cueva, de esas con sus estalactitas, con sus recovecos. Es maravilloso.


Pero donde esté el mar... 

El mar me encanta, me fascina, me cautiva, me gusta, me hipnotiza.

Si estoy triste, paseo por la orilla mojándome los pies. 
Si estoy apagada me dejo deslumbrar por su brillo.
Si cansada, me siento a contemplarlo. 
Sin pilas, me inundo de su energía.
Si estoy contenta, juego con las olas. 


Tranquila, leo en la orilla. Inspirada... escribo.

Xof... me tumbo y dejo que me acaricie el sol escuchando el eco.

Acalorada, me baño. Melancólica, se lo cuento. Enfadada, ando deprisa por la arena... 

Una de mis ilusiones favoritas: mi café con leche de recién levantada, en pijama, con un buen libro... viendo y escuchando el mar. 

Tal vez un día... lo consiga, vosotros qué creéis?

viernes, 18 de octubre de 2013

brillos

Brillamos con luz propia? O somos el reflejo de otros brillos?

Cuando brillamos lo hacemos por nosotros mismos, o en realidad servimos de espejo a brillanteces ajenas?

Me veo a mi misma, deslucida, apagada y digo coñe si hace nada estaba estupenda!. Y empiezo con mis preguntas lanzadas al espacio vital.

Si el brillo es mío me da que es intermitente, o es que lo pillo prestado cada vez que lo uso?. Siendo mismamente de cada uno el mecanismo que lo activa es aleatorio?. O viene siendo libre y está ahí para quien tenga cobertura? 



Ainx lo que daría yo ahora mismito por una miaja de brillantez. Claro que en el fondo ser brillante y brillar son cosas diferentes, lo son?

Ojos tristes, con poca luz... qué bien va una ayudita externa para alumbrarlos, qué difícil recargarlos desde dentro. Sólo los ojos? Muchomasmejor toda la persona. Dónde busco la iluminación para recuperar algo de color?

Las opacidades ajenas, la falta de transparencia, la inexistencia de luz, los recuerdos oscuros, las mentiras, los abusos, el dolor... le dejan a una a tientas.

En siendo persona positiva me daré tiempo para recuperar, para recuperarme, para confiar nuevamente en mi misma, en la vida... y en las personas humanas del mundo mundial, en casi todas. 

Afortunadamente estoy rodeada de seres de y con luz.



martes, 15 de octubre de 2013

mamá

Cómo puedo imaginarme la vida sin ser madre? Mi propia vida... imposible!

Básicamente porque soy "mami" desde pequeña, era una enana mental cuando mi naturaleza hiperfértil me cambio juego por juguete. Pues sí, a los 14 años (de entonces) era más inocente que un cubo. 



A lo que iba, proyecto de vida sin hijos? sin maternidad?... ni flowers.

Esto es ni bueno ni malo sino todo lo contrario. Desde el preciso instante en que tuve a mi primer hijo cambio mi estatus para siempre. Después vinieron otros dos. Y mucho más tarde los dos "peques". 

Sea como fuere, teniendo uno, o cinco, la maternidad es una sensación magnífica, una actitud, una forma de vida en si misma, por y para ello, por y para ellos. 

Si quieres ser madre materna pues son muchos momentos, horas, días, semanas, años de dedicación casi exclusiva. Sin querer evitarlo.

De pronto un día te planteas: quién soy? cómo me llamo? qué hago aquí? para qué sirvo? qué me gusta?



Y te propones recuperar tu identidad, recuperarte a ti misma. 

Sin dejar de amarles, ni de cuidarlos. Sin dejar de estar a su lado, acompañando, ofreciendo ese abrazo, esa regañina, esa mirada, ese cobijo, eso de... tu sabrás lo que haces pero... (siempre desde el cariño y/o desde la sensación de que tal vez nunca es suficiente). 

Cómo es la vida sin sentirme madre eterna? porque a veces, a menudo, he trasladado ese rol a otras relaciones. Amigos, amigas, parejas...  y como que ya vale.


Hijucos... lo siento, lo vengo haciendo lo mejor que sé.

Siempre he compaginado la maternidad constante con trabajar, estudiar y tener otro tipo de proyectos (así estoy de cansada).

Me llena el corazón comprobar que todos y cada uno de ellos son personas estupendas en su calidad humana y en sus especialidades vitales. 

Sea como fuere, mi intención es ser cada vez más yo misma, eso sí,  continuando con la tradición de los macarrones sabadiles, con mucho queeesoooo.  

El sentimiento de amor materno ni la muerte lo separa...

domingo, 13 de octubre de 2013

tristeza

A veces la tristeza me hace un guiño de complicidad, como recordándome que está ahí, que me acompaña, al mismo tiempo que me permite aparcarla. Entonces se queda tranquila, en silencio, sin exigencia ni estridencia.

Otras veces se hace mucho más presente, se coloca delante de la alegría y me nubla la vista. Mis ojos pierden brillo, empequeñecen, cambian incluso de color.

Cuando la tristeza se impone la dejo vivir en mi, me ayuda a interiorizar vivencias, a recogerme para digerir sensaciones, recuerdos... tanto nuevos como antiguos (que aún coletean pidiendo atención).

Sin patetismo ni dramatismo, sin instalarme ni recrearme, sin hacer bandera de ello ni publicitarlo a los cuatro vientos... Simplemente estoy triste y lo reconozco, me lo permito... me ausento temporalmente.

Cuando tengo bastante, cuando mi corazón se cansa de cansarse, cuando me aburro a mi misma... convoco a la alegría para que me ayude a volver a salir, para que mi alma sonría.
Salir de nuevo al mundo y dejarme acariciar por el sol, sentir el aire, respirar.

Sin lucha, desde la calma, poco a poco vuelvo a sonreír,  paso por el estado en el que conviven risa y llanto, recupero frescura en mi arrugado rostro, y vuelvo a "estar".

Agradezco a la tristeza su función en mi vida y la invito a descansar. 

Entonces recupero la vitalidad, la recuperable... vuelvo a estar presente, asequible, cercana.

Y si me caigo... me vuelvo a levantar.





jueves, 3 de octubre de 2013

Roma

Cómo explicar lo que he sentido en Roma?

Libertad, luz, amplitud, belleza, calor, color, sol, lluvia, el río... 

Muchas columnas, columnas enormes, altísimas, monumentales... conviviendo con rincones acogedores, pequeños, encantadores. 

Tráfico loco, autobuses abusones, tranvías, coches que aparcan de cualquier manera y motos, muchas motos que se saltan los semáforos sin ni mirar...  alguna que otra bicicleta :) 

Sin ser cristiana practicante, ni atea confesa, entrar en la basílica de Sta Mª Maggiore, me impresionó, me invadió como un recogimiento conmigo misma y se confirmó porque decidí viajar sola. Me ubiqué en el lugar y el momento: Hola Emma, estás en Roma. Hola Roma, ya estoy aquí. 

A partir de ese instante empezó realmente el regalo.

La Fontana di Trevi, abarrotada, ruidosa, espectacular, agobiante, preciosa. 

Il Pantheon di Agrippa, impresionante, en el centro, miro arriba y confirmo que somos pequeños, muy pequeños. Qué sensación, me encanta, la vivo.

Caminando por la Via di San Marco, aparece un monstruo blanco ante mis ojos, resplandeciente por el mucho sol y... espectacular? A mi me marea, es la Piazza Venezia y el monumento a  Vittorio Emanuele. Fastuoso. 

Via dei Fori Imperiali, genial. Colosseo, impactante, enorme, calor, cansancio.

Comida, ducha, siesta... paseo por el barrio que me hospeda y me acerco a la Porta Maggiore, vieja y rota, tirando a fea. Por hoy ya vale. 

2º día, Musei Vaticani y Capella Sistina, sin palabras, a pesar de la gente, los carabinieri, andar y andar... es especialmente especial, saboreo tanta belleza (minúscula me siento). 

La Piazza de San Pietro, inmensa, gente, colas, calor intenso, sol deslumbrador. Basilica di San Pietro in Vaticano, tremenda, me pierdo. 
La Pietà... lejos, aislada, protegida, sola, bella. 

Comer en un italiano es "bien", me cuenta que tiene cinco hijos! Vaya por dios.

Paseo al atardecer hasta Ospedale San Giovanni y veo una limusina rosa, diver, estos italianos...  

Terzo giorno, Castel Sant'Angelo, pues lo que viene siendo un castillo, chulo, me gusta. Encuentro una estatua de un señor griego con nariz Volpiniana. 

Paseando los pies me llevan de nuevo a la Fontana, hoy está más guapa. Sigo andando y vuelvo a estar cerca del Colosseo, esta vez disfruto dei Fori Imperiali, lo miro, lo veo, me impacta.

Al anochecer Piazza Republica, grande. Basilica S. Mª degli Angeli, por fuera chunga, por dentro una belleza, a veces pasa.

(en el hotel) Los Puentes de Madison en italiano, qué delicia. 


Lunes. Metro, voy en dirección contraria, media vuelta (seré despistada?). 

Circo massimo, llueve a cántaros, paraguas, capuccino. 

Isola tiberina, curiosa isla del rio Tíber. Trastevere, pasear bajo la lluvia... indefinible, 
refugio en basílica di Santa  María, tormenta, agua.

Curiosamente curioso, ando sin rumbo, lloviznando y... me llevo a mi misma a la Fontana, por 3ª vez!

Piazza di Spagna, Piazza del Popolo... è il momento di tornare a casa.


Boniquitísima Roma, imposible verte entera, tendré que volver. Hacía años que quería hacer este viaje, ha sido mini y enorme al mismo tiempo... la vida!

Feliz porque es un regalazo. Graciassss... ;)