domingo, 19 de noviembre de 2017

otoño

Hoy estoy chof, ojalá sea del catarro. El caso y la cosa es que me ronda desde el martes, cuando volviendo de La Cerdanya hubiera parado el coche en mitad de la carretera... para admirar y fotografiar los colores del otoño. Es lo que tiene conducir 200 km. que da para mucho, sobretodo escuchando buena música.


Montañas, bosques y valles repletos de ocres, rojizos, grises, marrones y verdes. Uff, emociones a flor de piel. Tal como viene siendo la vida, al menos la mía, en estos momentos. 

Compaginar la alegría con descensos a aquella tristeza profunda. Sentimiento de plenitud interrumpido por sensación de pequeñez. Seguridad relativa sazonada con dudas de intensidad media. Chubascos repentinos seguidos de sol brillante, produciendo un gran arco iris.

Me cuestiono a mi misma sobre cómo puedo ser tan desastre en algunas cosas y tan estupenda en otras, con lo fácil que sería ser regulera. Hay aspectos en los que parece que sigo bloqueada, emociones que se empeñan en boicotear, desorden insistente, autoestima fluctuante, ego rebelde...

Hoy y ahora me abruman una miaja todos los años que he vivido y todas las vivencias, hasta el punto de que mis fuerzas andan flojuchas. Cuidar el cuerpo, la mente, las emociones y el alma  de forma equilibrada es lo ideal. Cuando eres consciente de que has descuidado un pelín el físico serrano, qué haces? Te vuelves a cuidar y/o te gastas un pastifal en decorarte cual árbol de navidad??.

Menuda putada!! Creéis que aún tengo solución?? O aplicamos lo de la mona, que aunque se vista de seda... claro que mejorar la estética siempre ayuda (supongo). Desde la ética, of course. Ay señor! 


Osea, resumiendo, que me encuentro como el poema del gran Mario Benedetti:    "Estoy jodida y radiante, quizá más lo primero que lo segundo... y también viceversa".




domingo, 5 de noviembre de 2017

39

Xavi, hola cariño, hoy hace 39 años que te parí, el segundo de los cinco días más  felices de mi vida. Tengo tantos recuerdos, tantas vivencias... Vaya putada dejar de celebrarlo juntos! Y ya van siete.

Has visto qué majetes tus hermanos? (los que aún siguen aquí). Quiero pensar/sentir que tu nos sigues viendo desde donde quiera que estés.


Sabes? Dejaste el listón muy alto y eso es jodido para los supervivientes. Entre la tristeza, la añoranza y la idealización parece como que nadie pueda ni acercarse a tu estela. Uff, nada más lejos de la realidad, tú y yo sabemos que todos somos valiosos e irreemplazables. Casi dan ganas de odiarte una miaja, porque a ver ahora quien es el guapo/a que consigue tanto brillo.

Ay señor! Ayúdame a  recordarnos que nadie es más (ni menos) que nadie. Que el amor es (o debería de ser) universal y que cada uno valemos para lo que mejor se nos da. Que somos muy dados a infravalorar-nos a nosotros mismos, cuando en realidad somos muy afortunados.

Yo, como madre, me siento ufana de todos y cada uno de vosotros, mis hijos, y os quiero hasta el infinito. Porque sí, y también por: la calidad humana, la sensibilidad, la valentía para salir adelante en la vida, la honestidad, la fuerza, la ternura, la intensidad...  ingredientes compartidos en nuestro pequeño gran clan. Luego cada uno/a lo va llevando como puede, según su propio proceso personal. Es bien.

Aprender a quereros y aceptaros tal cual, con lo diferentes que sois/somos, es una labor muy interesante para mi, me enriquece poder observar y nutrirme de la diversidad, aunque a veces sea una locura. Suerte de ese sentido del humor tan característico, nuestra ironía Volpiniana. Con un factor común, el de la unión familiar, si bien incluso en ello hay notables diferencias: de frecuencia, formato, estilo. 


Echo de menos las miradas, las conversaciones, los abrazos, las sonrisas, la cansinez, el alboroto, los llantos... todo eso que nos acerca a "los nuestros" y nos hace más personas, sin distinción. También añoro aquellas partidas al UNO con tantas risas. Sí, ya sabemos que estás en el corazón, pero coñe hay días que... 

Hoy haré macarrones con mucho queso y brindaremos por ti, a pesar de la rarunez del cumpleaños sin cumplir más años. Si notáis alguna lágrima que se escapa... dejarla libre, es lo que hay (también se vale sonreír). Ahora sería uno de esos momentos en los que tu, papá, me preguntarías: "lloras o ries?


Xavi, hoy también te quiero... Felicidades!!