Se acabó el mes de mayo, con sus fechas intensas. Con sus días enormes (también porque hay más horas de luz). Tuvimos frío, mucho calor, lluvia, viento, fresquito, calorcete... en un suma y sigue vital.
Empezó junio, con trabajo nuevo (genial?). Temporada de terracitas, birras, piscineo, playuki, vergüencita en las primeras exposiciones de cuerpazo... y para acabar St. Joan, una de mis fiestas favoritas.
Pero hoy iba de hijucos, sí, esos seres que nos da por parir y que ya se quedan en nuestras vidas forever (Xavi incluido).
Estas personas que vienen al planeta Tierra a través de nosotras. Que unas veces nos pillan en preescolar emocional, y otras en "esto ya me lo sé", esos locos bajitos que canta Serrat y que nos pueden llegar a enloquecer.
En realidad somos nosotros, madres/padres, los que nos empeñamos en seguir ahí cuando toca "que decidan por ellos, que se equivoquen... ". Queremos pensar que sí, que lo hacemos, que les damos libertad, que les hemos inculcado principios sin final y qué sé yo.
"Sin respeto al horario ni a las costumbres"... En mi haber dispongo de churumbeles en varios formatos, es lo que tiene empezar a maternar de chiquis y acabar ello siendo abuela... a los que, por su bien, dejo sin domesticar.
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(Lo anterior lo escribí hace más de un mes, junio pasó en un vuelo raso).
La verdad es que acabo de disfrutar de un evento muy especial con mis hijos y ha sido como un oasis de contentez, graciasss. Es muuy bien.
También os confieso que, en en este inicio de verano raruno, ayer fue mi primer día de playa. El bañador esperaba, aburrido, en la bolsa con la toalla, las xanclas y el protector solar.
Me imagino la conversación entre ellos: Se acordará esta mujer de nosotros? Le habrá dejado de gustar el mar? Se habrá secado la piscina de su amiga?
Tranquilos, todo llega, sin prisa pero sin pausa.
Y hasta aquí puedo contaros. Feliz verano, personas humanas!
(me atrevo a publicar o lo dejo en borrador sin borrar?)
