lunes, 29 de diciembre de 2014

padre

Hoy hace 24 años que murió mi padre (de la muerte de mi hijo hace 3 años y medio). 

A veces la sensación de desasosiego puede mermar mis fuerzas hasta el punto de sentirme perdida. 

Otras veces se me escapa la calma por alguna fisura invisible. Algunas veces reacciono a tiempo y evito la catástrofe... (cada vez más a menudo).


Estos días de emociones blandengues es fácil dejarse llevar, lo guapo es permitir que triunfe el lado chachi y le dé una patada al lado oscuro. Porque todos somos estupendos pero la mayoría tenemos aquel punto que nos activa la idiotez supina, rayando en la cretinez.

Estoy contenta, poco a poco aprendo a reflexionar "in situ" y cuando sale la bruja le aconsejo que aparque la escoba. Y os aseguro que tiene poder, dialogar con ella viene siendo contundente. También escucho los sabios comentarios de mis amigos "mayores", reflexiono y los adapto a mis circunstancias, reconozco que es jodido pero si yo les digo cosicas a ellos bien está escucharles con la misma atención. Es de desear la mejoración. 

Aunque os confieso que lo más complicado puede ser aceptar los propios sentimientos/emociones/reacciones ante acciones/personas/cosas de nuestro entorno... o incluso de los lejanos. Todo ello nadando entre la añoranza y nuestro propio yo que asoma la cabeza pidiendo salir a flote.

Ser capaz de preguntarme a mi misma por qué me afecta tanto según qué y, sobretodo, atreverme a contestar debe significar que soy muy mucho mayor, verdad?. Será la bisabuelez?.

Estoy viejales... tengo tanto que aprender que tendré que apretujar el tiempo porque encima me aletargo y voy a paso tortuga coja. Aprender a vivir desde otro ritmo, sin prisa pero sin pausa... es de los primeros propósitos de mi nueva lista. 

El caso y la cosa es que la navidez más emotiva ya pasó y agradezco infinito poder compartirla con mi gente. Gracias hijucos, familia, amigos... De lo que queda de estas "fiestas", para mi, lo más especial es el evento de los Reyes Magos, incluso les voy a escribir una carta...


Papá, Xavi, abuelos, tíos, primos, amigos... hasta el infinito y más allaaaa!! 




martes, 23 de diciembre de 2014

bengalas

Pedí a mis ancestros que me enviaran una señal y... soñé con bengalas. Sisi, de esas que hacen chispas de luz brillante tan inofensivas y alegres.

La verdad es que estos días estábamos como viviendo una telenovela en diferido, hay que ver qué peliculeros podemos llegar a ser!. Tiempo, calma y paciencia, enviando buenas vibraciones y agradeciendo/deseando que todo salga bien (aunque creo que estamos todos un poco locos).

El caso y la cosa es que queda ná y menos para Nochebuena y, a pesar de las sillas vacías, o tal vez por ellas, me sigue encantando reunir a mi familia en torno a una buena mesa y compartir cena chachi con cariño. Alejados del consumismo en la medida de lo posible y procurando esa calidez de la presencia aderezada con una pizca de ilusión.

Recibí el otro día un whats de los de Bon Nadal, simpático, agradable... y como sigo siendo pelín ingenua pues mira, me hizo hasta ilusión, gracias!.

Ay! que me estoy poniendo sensiblera, si hasta me gustan las luces navideñas de las calles, mira a mi es que me alegran un poco las noches grises invernales. 

Con mi padre decidimos (hace siglos) celebrar Papa Noel por aquello de ser más modernos y porque era el único evento navideño en el que coincidíamos todos a la vez. Él disfrutaba pudiéndonos obsequiar con regalos y con buena teca en la mesa. Era detallista y equitativo, a los hijos regalos iguales, a los nietos por edades lo mismo de dos en dos... todo preparado con mucho cariño. 

Cogíamos a los peques y nos íbamos a la Plaza Mayor de los madriles a completar aquella figurita para el Belén, al cine, al parque... Mis recuerdos de la cosa nadalenca mientras él vivió son entrañables, disfrutar de mi familia, de mi padre haciendo de abuelo, de pasear por "mi pueblo" con ellos... impagable.

Me hizo prometer que seguiría su estela. Como lo mío viene siendo un matriarcado pues la mafia Volpini vallenca seguimos celebrando la nochebuenez y, de momento, mis hijos y nietos lo respetan compartiendo tal evento en casa. A veces somos muchos, a veces menos... este año tenemos dos incorporaciones que son personas muy bienvenidas a nuestro clan.

Que hay momentos de tristeza y añoranza? pues sí, claro, abuelo Manolo y Xavi dejaron un vacío insustituible, muy real, lo que ocurre es que llenamos el hueco con su recuerdo, con sus anécdotas, con su esencia, con alguna lagrimita medio a escondidas... y con mucho turrón.

Seamos sinceros, por muy ñoño que parezca, por muy reivindicativos que nos pongamos es el único momento del año en el que todos nos deseamos mutuamente felicidad, luego ya de cada uno depende que sea algo superficial o un deseo de verdad de la buena.

En cualquier caso me sigo pidiendo para Reyes fomentar: el respeto, la tolerancia, la honestidad, la lealtad, la responsabilidad, la alegría y las ganas de seguir viviendo (entre otras muchas cosicas buenas).


Lo dicho amiguetes, Feliz Navidad!!


miércoles, 10 de diciembre de 2014

calma

La vida es muy generosa conmigo y me regala excelentes amigas/os (debe ser para compensar la falta de pareja) los cuales me ayudáis, entre otros menesteres, a reflexionar y a reconducir mis cabreos. Gracias. Tengo suerte de saber compartir mis caborias con vosotros y de haber aprendido a escucharos de forma activa, luego reflexiono y las piezas encajan o acaban de desencajar, según el caso y la cosa. 

Como he dicho hace un rato en mi fb a veces soy una mosca cojonera. Es decir que tal vez por ello algunas personas huis para eludir mi cansinez... es lo que hay, tendré que asumirlo.

Anoche mismo tuve una conversación que estaba pendiente hace demasiado tiempo y me ha dejado un estupendo sabor de boca. Gracias amiga. Agradecer las personas con las que compartimos camino y comunicarles nuestro agradecimiento es una tarea que me produce esa sonrisa bobalicona que sale directamente del corazón.

Ayer fue día de rebote, acumulación de emociones chungas mal digeridas. Odio estar cabreada. Quien me entienda que me compre y al resto... que les den.

Hoy he decidido recuperarme a mi misma y querer, queriéndome, queriéndoos a los que me queráis querer, desde esa cosa tan en desuso que se llama respeto, desde la sensibilidad, desde la inteligencia emocional, desde la paciencia y desde la actividad.


Porque vale la pena vivir sin rencor, sin insistir en tener siempre la razón, abriendo los ojos y dando oportunidad al buen hacer y el bien pensar. A pesar de mi notable perdida de energía, especialmente después de la muerte de mi hijo, sigo teniendo conatos viscerales en los que permito que me afecten en exceso cosas y personas que en el fondo carecen de sentido. 



Después, desde la calma, siento que me estoy perdiendo y que es preferible evitar caer en la tentación de las malas costumbres. Me disculpo ante los que habéis sufrido mi último conato de desesperación ante la impotencia de sentirme desconectada de mi esencia... y de la vuestra. A mi es que me mola sentirme cercana.

Cada uno escogemos, en la medida de lo posible, cómo y con quien recorremos esto que llamamos estar vivos. Me pido ternura, como la canción que estoy escuchando ahora mismo: "Tendresa - Lluis Llach".

Ser tierno parece como de ser sólo flower power, nada más lejos de la realidad, cuanto más escuchemos a nuestro interior y cuanto más se comuniquen nuestro corazón con nuestra mente mejores personas seremos.

Aviso, vuelvo a estar en mi (más me vale porque se acercan fechas muy especiales y estoy a puntico de ser bisabuela, que Gorka, como todo lo bueno, se está haciendo esperar). Por cierto, muchas felicidades Emmi, 22 añazos!!


... nos vemos!


martes, 9 de diciembre de 2014

contención

Me siento, una vez más, de otro planeta.

Es obvio que si pienso, siento, entiendo, deseo y observo las cosas casi opuestas al resto... o bien estoy majara (cosa posible) o bien pertenezco a otra especie, a cual?.

Es genial eso de aceptar y de que las cosas mejoran si tu mejoras y lo de evitar las falsas expectativas y lo de la actitud positiva y bla, bla, bla.

Entonces volvemos al dilema de si todo vale. Digo yo que tendremos que marcar unas bases, principios, items, mínimos imprescindibles... de obligado cumplimiento? O aplicamos criterios superficiales y q salga el sol por donde quiera? Yo es que me estreso sola, mire usté.

Qué rarita soy, cagoentó! Con lo fácil que sería ser de andar por casa y dedicarme a mis labores, en plan maruja apañá.

Me voy a replantear la vida para dedicarme a cualquier cosa que "simplemente" me llene de armonía, me permita recuperar el equilibrio, me rebaje el nivel taquicardico,  me devuelva mi buen humor y una miaja de ironía... que se me está quedando un rictus de mala leche que pa qué.

Y ahora viene la pregunta del millón: Cómo narices se consigue ello?. De entrada en relajándome, rebajando el nivel de exigencia, tolerando y/o evitando lo que me decepciona, agradeciendo lo bueno, respirando profundamente ante la frustración... y a seguir, q la vida son cuatro días y llevamos tres y medio.

O mandándolo todo y a casi todos al carajo? En pasando de lo que agobia y mirando para otro lado por aquello de "ojos que no ven... "? Una solución quiero! (casi mejor paso página y a otra cosa mariposa, que también hay algún ratillo bueno).

... Se admiten propuestas, se aceptan abrazos, se solicitan besos, se desean palabras, se sugieren sonrisas... 



(Es curioso porque esto lo he escrito esta mañana, ahora lo releo y sigo pensando y sintiendo lo mismo, incluso corregido y aumentado). 

jueves, 4 de diciembre de 2014

dilema

Llevo varios días de reflexiones profundas, aderezadas con conversaciones íntimas y ramalazos de dolor intenso (es lo que tiene procesar la muerte inesperada de un amigo).

Me planteo seriamente cómo narices se compagina la fragilidad y lo efímero de la vida, es decir la conciencia de la temporalidad, y al mismo tiempo tener claro que hay que esforzarse... y mucho! para seguir siendo personas humanas, mientras estemos vivos, viviendo.

Pierdo momentáneamente la fe en la humanidad, me horroriza lo inhumano de nuestra sociedad, me entristece hasta lo indecible que personas estupendas estemos, entre otras cosas, sin trabajo remunerado, a expensas de que alguien nos mantenga como si careciéramos de recursos humanos propios.

Hablar de "mejoras" cuando en esta parte del mundo somos unos privilegiados parece una incongruencia... yo hablo de lo que vivo en el día a día con mis hijos, familia, amigos, vecinos, incluso yo misma... situaciones precarias e injustas. Evito caer en la demagogia de lo terrible que está sucediendo en el resto del planeta, inalcanzable para mis entendederas, simplemente me considero incapaz siquiera de asumirlo. 

Mejor me vuelvo a centrar en el aquí y el ahora. Qué puedo hacer? Cómo se sigue adelante? De donde saco la fuerza? A qué esperanza me agarro? Qué ilusión me invento?



Mi propio baremo es la hora a la que me despierto y cómo bajo las escaleras recién levantada... señoras y señores, hoy me he despertado a las 10 y he bajado agarrada fuertemente a la barandilla!! 

Es decir que estoy agotada, porque cuando estoy medio bien me despierto sobre las 8 y bajo regulera (es que además sigo echando mucho de menos a Xavi, sshhh).

Estos días tengo un montón de cosas que hacer, fuera y dentro de casa, porque empieza el Campus, seguimos adelante con Acompanya'm... por cierto, anoche reapareció el compi ausente y parece que vuelve a tener muchas ganas de trabajar, genial, pero va a ser desde la calma y con los pies en el suelo.

Sea como fuere esta mañana estaba desmontada. He recibido el mail de una amiga... me ha emocionado tanto como para animarme a ducharme y salir a la calle de recados, andar una miaja, comprar lana para bebés, un décimo de lotería navideña, un libro para mi madre... y hemos terminado tomando un vermut en nuestro sitio de confianza. Al igual esta semana en la compra habrá más mortadela que serrano y el resto será de oferta (para variar)... pero que nos quiten lo bailao.

Qué poquica cosa somos los humanoides, con el vértigo que da a ratos la vida y que fáciles somos de conformar. Seguiremos agarrándonos a clavos ardiendo y/o a alegrías terrenales, como por ejemplo esperar pacientemente a que nazca Gorka para que su ternura nos ablande la dureza vital. 


Sin noticias, esperando y deseando lo mejor.