Hay momentos en los que un buen abrazo nos ayuda, sobre todo en situaciones difíciles. Unos abrazos te reinician, te unen, algunos son tiernos... y todos se agradecen. También aquellos que se pierden por el camino.
A ver, aunque cueste, siempre es mejor una mirada, una sonrisa, una palabra amable, un minuto, cinco o media hora... Ni lágrimas de cocodrilo ni "ser de hierro". Que somos de carne y hueso, jopeta! Cuando se dice aquello de "te acompaño en el sentimiento" nos referimos a eso: acompañar. Sin más, sin menos.
Reconozco que me siento muy acompañada, acompañando, con y por los que compartimos acompañamiento. Gestionando emociones, procesando todo lo que se activa ante la muerte de una persona muy querida. Sin miedo, con esa pincelada de tristeza. Es bien.
A menudo las personas "fuertes" escondemos una gran fragilidad. Una cosa es la actitud ante la vida y/o ser resolutiva y otra muy diferente es que las cosas te resbalen. Pozi, la valentía puede convivir con corazones rotos. De verdad de la buena.
Gracias a los seres que, sin poder estar en directo, me habéis mandado tanto cariño virtual. Seguimos recuperándonos, con nuevas tiritas en el alma, confiando en que la intensidad vaya aflojando, desde la calma, hasta permitirnos respirar con suavidad.
Sea como fuere agradezco los años compartidos contigo, Lel. Algunas cosas de vida que vivimos juntas: Complicidad, alegrías, sinsabores, aprendizajes, nuevas ilusiones... (a pesar del distanciamiento puntual).
La vida es temporal, conviene recordarlo. Regalémonos tiempo, flores, sonrisas, conversaciones, encuentros y desencuentros en formato humanoide, porfi. Incluyendo, quien sea capaz, tapers con risas para tener siempre a mano en el congelador.
El abrazote más dulce para ti, mi "hermanita".
Buen viaje a las estrellas (saluda a la family, sispli)
