martes, 19 de noviembre de 2019

Osadía

Hace poco más de seis años inauguré mi blog, tímidamente, con mi primera entrada "pareja" (11/9/13)Hoy, con todo lo que ha pasado (y dejado de pasar), la volvería a escribir. Casi tal cual, quizá con una miaja más de acritud. Es lo que hay.

Quiere ello decir que estoy en el mismo punto? Pues en parte si, porque, a pesar de todo, sigo creyendo que merezco un persono humano para unirnos y sumar, en formato pareja.

He tenido estos días incluso una pequeña crisis existencial acompañada (o acompañando) la primera gripe de esta temporada. Supongo que la fiebre y el malestar físico ayudan a entrar en las capas más profundas de nuestro propio ser. 

Sea como fuere escribir y expresar sobre el emparejamiento sirvió, en su día, para recuperar el contacto con alguien muy importante para mi. Y también para animarme a seguir escribiendo sobre mis cuitas (cosas de vida).

En este momento, en el que apenas me atrevo a asomar la nariz (buena napia Volpiniana) tras la última ruptura (porque aún hace pupa), os sigo contando cómo me siento. Es un romper muy controvertido porque conlleva muchos efectos secundarios, algunos ya cronificados. Son muchas vivencias vividas y sin vivir, y demasiado tiempo de espera desesperante. 

Es como una osadía, por mi parte (y en la viejunez), retar al ¿destino? y rebelarme contra lo, aparentemente, asignado como propuesta y solución definitiva?? Pues mira a ver, es que tanta desazón me recuerdan mucho a lo que me decía mi padre "la vida te hace callo".

Tras tantos vaivenes y, sobretodo, desde la muerte de mi hijo, me he vuelto más exigente al tiempo que permito que salga mi fragilidad, resguardando mi propia ternura que se me escapa a borbotones.


Cuando esté lista, sin prisa pero sin pausa. 

Seas quien seas, cuando seas, si eres... mi casa está abierta para ti, igual que lo sigue estando para mis hijos, familia y amigos. Con mi desorden (si es que lo hubiera) y con mi corazón apedazado pero muy sincero. 

¿Es bien?




miércoles, 6 de noviembre de 2019

41

Qué decirte Xavi? Que Hoy hace 41 años que naciste? Que nunca cumplirás más de 32? Que, como ya han pasado ocho y medio de tu muerte, ya lo de llorar queda obsoleto? Venga ya! Como si para echarte de menos hiciera falta que sea tu cumple. Si, es cierto que una se "acostumbra" (qué remedio) a tu ausencia física constante y definitiva, a la famosa silla vacía. A dejar de escuchar tus bromas y tus logros, a tener que cerrar mis ojos para ver los tuyos.

Uff! Que sí, que, obviamente, fue estupendo y un regalo coincidir contigo en este mundo durante tantas vueltas al sol, pero es que ahora la luna parece que ilumine mis recuerdos y mi añoranza, difuminando la luz. (Cómo añoro tu alegría).

Has visto? He ido con los tetes a plantarte una florti (según Elena una lechuga) y a colocar el cartel de madera que nos regaló mi duende. Te gusta?. Al igual sale volando, pero ya buscaré alguna forma de fijarlo. 

Te llevamos a Poma cerca (hace unos meses) para que la puedas chinchar una miaja.

En realidad tengo que echar mano de esa fuerza infinita que llevamos todos dentro, contarme a mi misma que puedo con esto y recordarme que la vida, a pesar de todo, sigue avanzando. Sin prisa pero sin pausa, como diría abuelo Manolo. Vaya par!. Vosotros ahí, tan ricamente, y el resto aquí, en esto que llamamos vivir.

Tranquilos, todo es temporal y, aunque hoy me apetezca mandarlo todo al carajo, mañana (o pasado) me volveré a reconstruir y seguiré mi camino. Paso a paso, me recordaré a mi misma todo y todos los buenos para agarrarme al mundo. Para convencerme de que vale la pena ser terrícola.

Leo (poco), escribo (menos), estudio (más), me relaciono (regulín), trabajo (casi nada), reciclo (despacito), paseo (a ratos), me quedo en casa (mucho)... el otoño tampoco viene ayudando (aunque es precioso).

Bueno, va, me voy a echar a la calle un rato, a ver si el anochecer me despeja la tristeza. Hoy me cuesta decir mis palabras mágicas, pero ahí van:

Es bien! (permitirme sentir es quererme y respetarme).

5/11/19






jueves, 10 de octubre de 2019

Calimera

De pronto es como si algo dentro de mi me recordara el dolor, se activa alguna tecla interna que me susurra, astutamente, que Xavi (y mi padre, y Juan, o mi madre, Ramon, Josep Ma...) está/n muerto/s. Cómo si se me pudiera o pudiese olvidar!.

Sin embargo viene siendo lo contrario a la cotidianidad, esa en la que he aprendido a vivir sin él, sin ellos, siendo capaz de sonreír, de ser feliz, de honrarles desde la alegría y los buenos recuerdos. De hecho son parte de mi motor para seguir adelante, junto con todos vosotros, los vivos, en una especie de armonía casi mágica.

Por supuesto con mis (y sus) luces y sombras, con altibajos, momentos de bajón, como también de auge. Ya os conté que estos días los acontecimientos me han colapsado, pero confío en que todo se arregla y vienen días mejores, de hecho ya los veo asomando por el horizonte.

Entonces, por qué se despierta en mi ese duelo profundo?, Ah si, calla, será que se van solapando las situaciones? El caso y la cosa es que vuelvo a tener ganas de llorar, sin más, del propio llanto. Sí, ese que va saliendo, por ejemplo cuando miro las fotos de una amiga feliz con su pareja, o de esos amigos entrañables que hoy cumplen tropomil años de casados, queriéndose y eso. 

Me digo a mi misma, pero a ver, bonita, si hace un ratín estabas entusiasmada haciendo los deberes del curso (estoy estudiando online) y ahora te vuelves a poner calimera??. Será posible? Bueno, tal vez estar otra vez encontrando nuevas personas a las que cuidar, seguir añorando el recreo (a ratos), el coche escorromoñao en el taller... tengan algo que ver con el tema. 

Y para colmo sólo se me ocurre a mi ir a dar sangre (es lo que tiene ser donante) y levantarme de la camilla antes de tiempo para llenarlo todo todito, oye qué roja es así vista, esparramada en el suelo, en mi ropa, en los ojos de susto de los auxiliares. 

(Gracias por atenderme).


Ahora que os cuento esto me viene esa famosa sonrisa arco iris, 
producto de juntar lágrimas con gesto de "ni tan mal". Es bien.





domingo, 6 de octubre de 2019

Otoño



He estado unos días tan cansada que ni pa salir de casa tenía ánimo. Andaba como una zombi. Me planteé: O adelanto la hibernación o me vuelvo a echar la toalla al hombro y me lanzo al agua!. Qué se hace cuando se tiene frío y calor al mismo tiempo?. Si, ya sé, lo llamamos otoño y es una cansinez.

Os pasa que cuando se juntan varias cosas potentes se os acaban las pilas?. Pos a mi sí, mismamente. Mayormente sucede cuando se joden un puñao de piezas al mismo tiempo, tanto físicas como emocionales y/o materiales. Entonces me quedo un poco a la deriva, como en tierra de nadie.

Ni ganicas de llorar, ni de hablar (sorry sister). Y eso que vinieron mis churumbeles a comer. Y que la otra tarde tenía una actividad interesante, pero ni por esas, me dormí una peli medio mareada esperando que fuera hora de nocturnidad y sueñación. Por cierto, menudos sueños rarunos las últimas noches... Esas añoranzas profundas que asoman la nariz para recordarme que respire.

Me recuerdo a mi misma que todo es temporal, que ésto también pasará, que estamos en vías de solución, que la vida sigue, que si me caigo me vuelvo a levantar y todo eso que me chiva mi pepita grilla interna. Confiar es bien.

Y aquí me tenéis, ante mi pc, por fin arreglado, escribiendo unas parrafadas para re-conectar con el mundo mundial. Personas humanas, seguís ahí, al otro lado del teclado y el monitor?. Si es así, gracias.

Suerte que sigo viva, compartiendo vivencias con los seres estupendos que voy encontrando en mi camino, algunos son tan temporales que pasan de forma fugaz, otros seguimos aprendiendo y disfrutando juntos. Gracias! Ya estoy muchomásmejor



Voy estando en modo activo, recuperando una miaja las ganas de sonreír, 
el resto, ya sabéis... lo vamos viendo. 









jueves, 29 de agosto de 2019

silencio


La semana pasada fue muy intensa, operación de apendicitis de hijo (con jamacuco incluido), coincidiendo con reencuentros/visitas importantes (más dormir dos noches en casa de la señora que cuido)... Potente, todo ello me produjo revoltijo en las entrañas, para variar. Es curioso cómo nos afectan las emociones.

Hemos vuelto a estar en contacto con la fragilidad de la existencia, tanto que casi casi vuelvo a tener tentaciones de recreo. Y encima en lugar de ir a "mi" playa me fui a otra, esa en la que pasé unos días con el que era mi refugio. Si es que, ya me vale!.

En la arena, tumbada al sol, pensaba en los ruidos y el silencio. En cómo ejercitar la percepción de los sentidos para escuchar sólo las olas, por encima de los ruidos humanos. Conseguí percibir el sonido del mar, acallando lo mundano, menudo regalo!. Os invito a probarlo, pasar de lo superfluo para calmar una miaja la mente.


Paseé, me bañé, me tumbé, volví a pasear y de pronto estaba frente al chiringuito azul de los gintonics de aquel verano. 

Sigue cerrado, como nosotros, con lo bonico que era. Le hice una foto al cartel y lo compartí en insta y FB con la frase: "mira... como mi corazón".


A puntico estuve de enviar un whats, pero me contuve (shhh). Hay quien sigue afirmando (a estas alturas) aquello de que "los hombres son de marte... ". Me vais a permitir que siga pensando/sintiendo que lo importante es ser personas humanas del mundo mundial, verdad?

Gracias vida por dejarlo en un susto, gracias churumbeles (y family) por ser y estar, gracias "sevillanos" por vuestra cercanía y familiaridad, gracias amiga por confiar en mí para ayudar con tu madre. Y gracias amigas/os por estar cerca y disponibles para conversar, escuchar, vermutear, comer, cenar... 
Es bien.

Seguimos compartiendo vivencias 
(cuanto se os echa de menos a los moridos, jopeta)



lunes, 12 de agosto de 2019

tormenta

2:30 h. Hay tormenta. Por fin llueve y estoy desvelada. Siento una tristeza de esas profundas y pienso: qué pena!.

Buscaba una imagen y se me ha ocurrido mirar fotos y whats de hace dos años, momento en el que todo apuntaba a vivir ese amor pendiente y latente de toda la vida. Gestos y palabras llenos de cariño, de buenas intenciones, de deseo de estar juntos y de promesas cargadas de esperanza.

Una vez más todo ha terminado. Buenos momentos, malos momentos. Vivencias intensas que nadie nos podrá robar. Pero... otra ruptura que destroza la ilusión. Este último mes sin vernos ni hablarnos, sin mandar ni señales de humo está siendo duro, raruno, revuelto, liberador, frustrante, solitario. Pura desilusión.

Todos conocemos parejas duraderas felices, otras reguleras y algunas tan temporales como las mías/nuestras. Es bueno hacer balance porque cuando algo se acaba la sensación de chunguez, de que todo queda en nada, puede superar la verdad inicial y hacernos dudar de los sentimientos primeros, primitivos, primarios.

Nos vimos tan seguros, tan indestructibles, que descuidamos la cualidad/calidad, la base de ternura, sinceridad, autenticidad y cercanía que facilita la unión. Las cosas sencillas del día a día, la chispita de magia.

Nuevamente la realidad nos pasa la mano por la cara recordando que todo es efímero, que es necesario valorar y cuidar, ser y estar para disfrutar y dar continuidad a lo bueno.

Las personas morimos, algunas relaciones también (otras superan incluso la muerte). Triste, muy mucho. Toca alzar la vista, agradecer lo compartido, incluso añorar tímidamente y, cuando pase el tiempo necesario para respirar y sanar el dolor, recordar con una sonrisa los regalos vitales recibidos (y entregados).


Sin rencor, sin desamor, sin odio ni rabia. Desde el cariño más profundo. Dejar ir minimizando daños y deseando lo mejor. Entendiendo y aceptando que las personas queridas siguen formando parte de nuestra esencia, desde el corazón hasta el alma. 

Gracias por atrevernos a volver a intentarlo, gracias por el intercambio amoroso, gracias por haber sido recreo y refugio (mutuo). Es bien. 
Ojalá nos permitamos, algún día, volver a ser amigos (como personas humanas).




lunes, 5 de agosto de 2019

Ups!

Me disponía a transcribir unas notas que apunté el otro día y... me chiva (el chisme este de estadísticas) que ayer algún alguien visitó 49 páginas!! Gracias, seas quien seas 😊 

Bueno, voy a lo que iba, ahí va:

Me gusta el mar con muchas olas, escucharlas, saltarlas jugando, disfrutar. Me gusta el sol que pica. También el frío que quema, el viento que revuelve renovando, la lluvia que limpia, la nieve que ilumina. La playa más suave, la montaña más escarpada... La gente con sangre, la vida!.

Hoy me he regalado un rato libre en lo que más me conecta, la playuki. Pronto, poco calor, menos personal. Y la naturaleza me regala esa chispa extra de oleaje. 


En el coche, mientras venía conduciendo, he cogido (como siempre) un CD al azar. Me ha salido una música que ni recordaba tener, cantaban sobre perder (prefiero dejarte ir y aprender a vivir sin ti 🎶), adioses y esas cosas que llevan los desamores. Pues en lugar de llorar he cantado alto y, al llegar aquí, me he lanzado a zambullirme en el agua. Es bien.

Voy volviendo en mí. Gracias, personas humanas que seguís a mi lado, acompañando mi temporal fragilidad. Estoy sacando fuerzas de flaqueza para volver a empezar, otra vez, (o simplemente seguir) sin más, sin menos.

Me he venido a un (otro) chiringuito a tomar una tónica, sin gin, para seguir disfrutando de la brisa y el sonido sin quemarme. De paso pensaba leer y/o escribir. Mala idea, se empeñan en poner musiquejas y encima se sientan justo al lado (mira que hay sitio) unos cansinos en plan blablabla. 


Ni tan mal,  me quedo con el placer del paseo y el baño 
Ci vediamo, Mediterráneo

(by @muxotepotolobat)






martes, 30 de julio de 2019

desactivar

Acabo de entrar en la configuración de chat de messenger y he clicado: "desactivar estado activo". Mola!. Es una miaja lo que estoy haciendo estos días, en plan recuperarme desactivando. 

Hace muchimil años, allá por el verano del 91, tuve la suerte de asistir (muy bien acompañada) al que fue mi bautizo en temas y terapias "alternativas". 

En ese caso era un intensivo de técnicas de respiración consciente. Fue como un despertar en el que confirmé que, o bien mi locura era leve, o había muchos más locatis en el mundo mundial.

De pronto aquellas cosas que intuía, sentía, pensaba, veía (e incluso aplicaba) tenían sentido!. Al menos entre esas personas humanas que mostraban la misma inquietud y ganas de aprender y entender que yo misma. Y ahí estábamos, con nuestras inquietudes, nuestra mejor disposición y la mente y los sentidos abiertos.

Me sentía como una niña que aprendía las primeras letras, qué sensación más estupenda. Algunas cosas me resonaban en plan: ala, eso ya lo sabía!. Y en otras me quedaba con la boca abierta. Resultó ser una experiencia muy enriquecedora en la que la convivencia, las clases y las actividades fueron muy "es bien". Muchas gracias profes y compis.

Pues bien, tras la semana de retiro, nos pusieron "deberes" en plan llenar la casa de post-its, para hacer afirmaciones y mi consigna era "yo, Emma, aprendo a vivir desde la calma" (o algo parecido). Y es que, aquí donde me veis/leéis, tengo una naturaleza pelín impulsiva y conviene practicar lo que yo llamo respirar. Sin reprimir, sólo aquello de contar hasta 10 antes de soltar alguna grosería y/o actuar sin pensar. 

Muy adecuado el libro "El silenci" (gracias Martona) 














martes, 23 de julio de 2019

romper

Las rupturas suelen ser chungas, aunque sean por decisión propia. Los finales duelen, es por ello que conviene elaborar un duelo. 

Los duelos sirven tanto para superar la muerte de un ser muy querido (como todos sabemos) como para todo tipo de pérdidas: laborales, sentimentales, vivienda, amigos, salud, economía... 

En el proceso se agolpan las imágenes y los recuerdos, puede dar miedo olvidar lo bueno y/o recordar en exceso lo malo (y viceversa). Hacemos balance, consciente e inconsciente, de nuestra percepción de lo vivido, de todo el tiempo que hemos compartido con esa persona (o situación o cosa).

Las emociones se rebelan pidiendo protagonismo, como en una carrera de obstáculos a ver quien es la más ágil. Se mezclan ideas, sentimientos y sensaciones físicas como en una noria inacabable. Uff, menudo mareo!. 

Qué hacer? Saltar al vacío, ir frenando las vueltas, disfrutar de las vistas??. Sea como fuere ese efecto de tripas revueltas va dando por saco, para recordar que conviene gestionar, porque mirar hacia otro lado sólo sirve para despistar.

Se trata de coger aire, respirar profundamente y... dejar salir: La rabia, el dolor, la tristeza, el cabreo, la añoranza, el sentimiento de fracaso, la desilusión, el nunca más, los porqués. 

Romper es una buena definición (a ratos me siento rota). Ahora se trata de tener paciencia, una vez más, e ir limpiando todas esas sensaciones que invaden mi ser. Aún teniendo la decisión clara, me jode. Paso de pensar que podría haber funcionado a preguntarme para qué lo seguía intentando.

En un mar de sonrisas y lágrimas ando, como en la famosa peli de toda la vida. En fin, que se acabó el recreo y que el refugio ahora mismo ni sé ande andará. Me apetece acabar hoy como cuando los niños del film cantan "adiós".

"I flit, I float, I fleetly flee, I fly"... es bien?







miércoles, 17 de julio de 2019

negar

Hay personas que, sin querer evitarlo, te niegan el pan y la sal. Te apartan en los momentos más interesantes, cuando podríamos admirarlos y, de paso, colocarnos (todos) en nuestro sitio.

(Escribo esto en un papelajo mientras espero turno en la ITV). Como ya sabéis tengo el alma también en revisión, junto al corazón y las entretelas.

A menudo confundimos los criterios de importancia, las prioridades lo llamamos. Por supuesto que cada cual tendrá (o tiene) su propia escala de valores, faltaría más. El conflicto aparece cuando lo que para el otro es fundamental para tí es peccata minuta, y viceversa.

Quiere ello decir que debemos todos pensar y sentir igual? Pues para nada. En las diferentes formas y maneras, en la diversidad, está el aprendizaje y el enriquecimiento personal (y del mundo mundial).

A veces podemos tener la sensación de ser de la misma tribu, pero luego en la distancia corta comprobamos que nada más lejos de la realidad, incluso puede haber rivalidad, es decir, que tal vez podemos ser hasta de tribus enemigas. 

Quizá veamos que ni siquiera parecemos del mismo planeta, ni miaja, casi ni vecinos de galaxia. 

En el mío son imprescindibles la sinceridad, ser generosos, la honestidad, los abrazos, la ironía, los cafés, las risas, la complicidad, el tiempo que nos regalamos... y alguna que otra birra (o copita de cava). 

En el tuyo?

Observar a otros terrícolas siempre es interesante. Todo y todos los que ayudéis a sacar, y utilizar,  la mejor versión de nosotros mismos seáis bienvenidos a mi pequeño gran universo. El resto, ya sabéis, lo vamos viendo!.

Es bien un chapuzón?. Ay, calla, que sigo sin piscina! Mejor un paseo.














sábado, 13 de julio de 2019

ternura

Lo más tierno suele ir protegido por corazas, envolturas potentes o pinchos, por puro instinto de conservación. A veces esas protecciones se fisuran y por las grietas se cuela la dureza, alterando el estado natural de la ternura.

Se lleva mucho la fuerza, porque mostrar fragilidad es como desnudarnos en público. Hasta aquí vale, el problema es cuando los escudos se convierten en protagonistas y se vuelven dictadores ante la sensibilidad. En plan menospreciar las muestras de delicadeza impregnando-las de aparente inutilidad. 

Señoras y señores, ser adulto consiste en otra cosa (a mi entender). Sin ir de blandengues ni mostrar nuestras vulnerabilidades a cualquiera, pero imperando y apostando por la humanización de las personas humanas.

Estamos tan saturados de info de hechos muy chungos que nos volvemos como pedernales. Es genial ser fuertes, constantes, valientes. Esforzarnos por lo y los que valen la pena. Es bien sacar nuestra mejor versión para mejorar y colaborar en las mejoras (propias y ajenas). 

Pero vale ya de tanta memez, seamos como somos y sigamos respetando a los iguales, a los diferentes, a los reguleros e incluso a los de andar por casa. Siempre y cuando ellos nos respeten a nosotros, sino, ya se sabe... aire!.

Toda esta perorata ha salido a raíz de una conversación con mi hermana, en la que me ha recordado mi propia esencia tierna de cuando era chiquis (gracias hermanuca). En el fondo sigo manteniendo esa chiquilla alegre y confiada, generosa y vital, ahí reside parte de mi fortaleza. 

Escribo esto mientras escucho "volver a comenzar" (Luz Casal) y me viene al pelo con mi situación actual, en la que va ganando la desilusión y me planteo sacar todo eso que duele, para volver a empezar (una vez más). 
"Y si gana la derrota habrá que volver a empezar... "

(ilustraciones by @muxotepotolobat)





miércoles, 10 de julio de 2019

decepción

Os habéis preguntado cuántas veces decepcionamos?. Y cuánto nos decepcionan?. 

De vez en cuando ocurre ese desencanto que convierte en indiferencia aquello que nos interesaba/motivaba. Puede ser simple aburrimiento, pero a menudo intervienen las falsas expectativas, los miedos, las exigencias, los egos... Factores humanos poco humanizados. 

La interacción entre individuos de la misma especie parece simple, pero nos encanta complicarla. Desencanto, tristeza, apatía, rutina, egoísmo, exceso de confianza (entre otras lindezas) pueden destruir cualquier relación aparentemente sólida.


Qué hacer? Existen varias opciones, obviamente, desde reinventar para recomenzar hasta desistir, pasando por posibles pactos, cesiones, concesiones, tiempo muerto, negociación o simplemente santa paciencia. Llega un punto en el que, de pronto, algo hace clic y se produce un crack en nuestro yo más interno... cambiándose-nos la visión (y la perspectiva).

Cada cual funciona como puede y quiere, las dudas pueden surgir antes, durante y/o después de las decepciones que nos llevan a tomar decisiones. Todo ello es aplicable tanto a tratos laborales como familiares, amicales o parejísticos. En mi caso, aquí y ahora, hay una miaja de casi todo ello. 

Triste, muy mucho. Duele, requiere un nuevo duelo. Reaparece la sensación de fracaso aderezada con briznas de inutilidad frustrante. Acostumbramos a fijarnos, casi siempre, en aquellos a los que parece que todo vaya bien y lo comparamos con nuestros vaivenes inacabables. Limitante y agotador, uff!!

Quisiera ser una persona diferente? A ratos sí, tener y haber tenido una vida más sencilla, sin tantos altibajos, sin esos toboganes que cortan la respiración (del susto en las bajadas y del esfuerzo en las subidas). Lo jodido siempre son los daños colaterales. 

Ser intensa me está resultando muy caro, tal vez baje la potencia que ya tengo una edad y me joden los sobresaltos. Pero hay asuntos propios innegociables, principios éticos que difícilmente compensan ciertos sinsabores. Ay señor!. Es que después de sobrevivir, cuando se vuelve al mundo se hace a fondo. 

Supongo que todo pasa por aceptar la fragilidad y temporalidad de la existencia. Y hasta aquí os puedo contar, manteneros atentos a las siguientes entregas en las que se irán revelando los resultados de las pesquisas. 
Es bien?... Lo vamos viendo! (nunca se sabe)   










martes, 25 de junio de 2019

Poma

Tenía una entrada nueva, sin publicar, que escribí la semana pasada. La acabo de borrar, sin más, entre otras cosas porque empezaba diciendo que había sacado a pasear a Poma.

Sant Joan me gustaba, creo recordar. Hace ocho años que me va gustando menos. Entre medias ha habido alguno que se salva, acompañando a chicuelos fanáticos de los gegants, viendo castells (a veces desde un balcón), ayudando una miaja en la carpa de Ajud-Àfrica, disfrutando conciertos-vermut con amigas... 

Pero este año casi ná, los dos años de mi madre, mi fractura del año pasado y ahora nuestra perra me han hecho alejarme de la fiestez. Un par de torres humanas, un gintonic en vaso de plástico, una coca casera... y el cava aún en la nevera.

Suerte que empezó muy bien, el concierto de Elena y Gabri fue genial y la cena con colegas también estuvo muy bien, verdad chicas?. Nos reímos tanto que cuando el domingo dejó de respirar Poma al menos me pilló con las pilas bien cargadas. (Y yo qué sé!!).

La vida es esto, un vaivén entre avanzar y parar, valorar y vivir, recordando que estamos de paso. La muerte en directo es una bofetada a los egos y las pamplineces. A las personas que tenemos mascotas, las queremos y cuidamos, nos duele su pérdida.  

Sin caer en exageraciones de comparar a nuestros animales de compañía con los hijos, que se escucha cada animalada por ahí que me dan ganas de encararme y soltar alguna fresca. Pero para qué, cada cual que sienta lo que pueda y quiera.

En mi casa y en mi caso toca aprender a seguir adelante sin ladridos, sin esos largos paseos, sin proteger a Rosita (que ahora se hará la reina), sin escucharla al salir del ascensor, sin ver cómo saltaba al ver a su amo, atacaba al cartero, se enfrentaba a perracos, pillaba comida o movía la cola al llegar el chiquis.


Se vale estar triste, es bien dejar salir las emociones.












jueves, 13 de junio de 2019

tachado

Una de las señoras que acompaño/cuido le llama "tachado" al punto de cruz, porque talmente es como cuando tachas. En realidad yo le llamaría simplemente "equis" sino fuera o fuese porque la identifico con la inicial de Xavi (y la canción de Elena).

El caso y la cosa es que tachar es tentador, tanto como barrer en la canción "si yo tuviera una escoba"... Luego también están los tachones (bendito tippex), aquellos rallajos que hacemos al repasar lo escrito y/o al escribir demasiado rápido.  

Y en ello estoy, revisando para seleccionar lo obsoleto, lo borrable o barrible, lo siguiente a marcar con una X. Pero jopeta, cómo cuesta deshacerse de lo cómodo, aunque ello sea algo pasado (de moda, de concepto, de coherencia). Y luego termina una yendo de andar por casa!.

Me gusta ir tachando de mi lista de tareas aquello que voy consiguiendo realizar (incluso en los papelajos en los que apunto las cosas a comprar en el súper). Lo más chungo es cuando lo eliminado son días enteros, esos en los que las horas se hacen o cortas o eternas, en los que la luz o ciega o brilla por su ausencia, o aquellos en los que o hablas sin cesar o estás en casi silencio.

Os pasa que a veces os apetece rayar toda una hoja porque estáis rallados? 

Ay, cuánto tacharía yo si le diera rienda suelta a la tachadora que llevo dentro!!.  Ya lo dice mi hija, que soy pelín "hater". Aunque a mi me parece exagerado, tampoco soy tan chunga (digo yo). Es sólo que me aburren según que actitudes, especialmente las de priorizar las formas antes que el fondo.

Eh, que tampoco hablo yo de la acracia total, ni la dejadez profunda. Simplemente que el contenido importe más que el continente, y si ambos son chulos pues... es bien.


Nos lo vamos contando, que ustedes lo tachen a gusto.




domingo, 12 de mayo de 2019

mayo8


Y volvemos a estar en el mes de las flores. Bendito y maldito mes!. En él tengo despedidas y cumpleaños, muchos. Cómo se convive con tanto amor y dolor?.

Han pasado casi 8 años y el día a día es más llevadero, ya veis que apenas hablo de ello, de él (de ti). Pero ahí estás, en lo más profundo de mi ser. A veces aparece de pronto, como una sacudida, un mordisco en las entrañas que me obliga a parar y a respirar profundamente.


Aceptar que la vida es frágil y efímera es básico, en ello estamos. Sobrevivir a los hijos sigue siendo una putada. Soy asertiva, positiva, valiente y todos los adjetivos que se nos ocurran... pero mi alma está quebrada, tiene varias fisuras por las que, a veces, se escapan los suspiros.

Me viene al pelo la alergia al polen porque así puedo dejar salir alguna lágrima sin levantar sospechas (odio el melodrama). Aún así hay momentos que me pillan desprotegida, como cuando Helen me recuerda que el mismo día que le harán una entrevista para presentar su primer EP coincide, casualmente, con la última vez que te vimos vivo, Xavi (el 14 de mayo). 

Uff!! Entonces se agolpan los recuerdos, se amontonan queriendo salir y veo tus ojos, tu inmensa sonrisa, tu alegría, tu vitalidad.. Cómo insistí en despertar a los peques para que os vierais, como me quedé mirándote en la puerta cuando te ibas, reteniendo tu esencia, como si mi corazón intuyera algo. 

Honro tu vida junto a la mía y avanzo llevándote en mi. Pero cuando duele, tengo que dejar salir el duelo, ese que escuece, pincha, desgarra, emociona. Puta vida!. Toca volver a recomponer-me y a veces cuesta lo indecible (utilizo la fuerza de nuestro clan para seguir adelante).

Viste? Estuve en La Adrada y os ví a ti y a abuelo Manolo en el aire, en el cielo, en las nubes, en el bosque, en el agua limpia del río... Qué bonitos momentos vivimos allí, todos juntos. Eso ya es nuestro para siempre, nada ni nadie nos lo puede borrar (ni robar).
Hoy me cuesta decir mis palabras mágicas "es bien".













martes, 7 de mayo de 2019

pasado

"Cómo, a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor" (Jorge Manrique).

Vivir el presente es bien, dejar atrás el pasado, también. Pero hay asuntos del aquí y ahora que son secuelas y/o reminiscencias de otros momentos vividos. Mirar hacia otro lado ignorando lo ocurrido es pelín incoherente. Mejor abrir los ojos y ver el reflejo.

Hay episodios que, como decía mi amigo Juan, es mejor pasarlos a "asunto acumulado". Pero hay otros que pueden cambiarnos totalmente el curso, en mi caso nunca mejor dicho. 

Cosas de vida! La semana pasada el recreo/refugio transcurrió (en parte) por la zona de mis veranos felices de chiquis (gracias corazón). 

Esos en los que jugábamos con la pandi en plena naturaleza, más inocentes que un cubo. Subir a las ruinas del castillo, bañarnos en el río (o en la temida presa grande), jugar en el campo, subir al monte, caminar descalzos, repartirnos una bici entre 3 o 4, pelarnos las rodillas, escondernos, meternos en los prados de las vacas, esquivar las serpientes (y alguna víbora), asustar a las arañas de patas largas, cortar rabos de lagartijas... lo normal.

Hasta que llegó la modernización, la primera piscina, las caminatas para estar a remojo con los amiguetes. Y el amor platónico de infancia quedó relegado por el primer novio. Cine al aire libre, bailes de fiesta mayor... Aventura de verano? Vaya usté a saber, el caso y la cosa es que la historia cambió totalmente mi presente de entonces... el de justo después, el de más tarde e incluso el de ahora.

Pasé unos cuantos veranejos con la family que fueron geniales, también en mi juventud. Y sí, estar (contigo) en el mismo lugar (47 años después de nuestro noviazgo) me ha removido hasta las entrañas, con ese sabor agridulce y la intensidad que me caracteriza, conteniendo las lágrimas y la añoranza. Pero leche, qué bonito es y qué limpio se respira.

El resto, ya tu sabes... lo vamos viendo.