miércoles, 18 de diciembre de 2013

Elena

Cuando tu padre yo nos planteamos tener otro hijo yo ya era abuela!... él aseguró que serías niña. Me daba un poco de cosica, otro embarazo... (en realidad sólo tenía 37 años)

Cuando eras aún una pulguilla tenías tanta prisa por salir que casi te perdemos, jopeta. Me tuve que comer con patatas todas las veces que había dicho y pensado que algunas preñadas parecían de mantequilla de Soria. Yo más que eso parecía un flan.

Reposo absoluto durante un mes y medio, previa hospitalización en la que faltó muy poco para perderte... y así estuve yo, como un florero, gestando la flor. Ecografía, visita y a holgazanear... y así cada semana, durante 7.

Nuestra vecina decía que seguro que eras chica porque "las niñas son más escrupulosas". La yaya empezó a tejer en rosa, la tieta encargó los pendientes, los tetes estaban en un ay, como tu padre y yo misma, y tu ahí, tan pancha, la reina del cotarro.

Me puse enormeeeee, decidiste quedarte, aguantaste en mi interior hasta que estuviste lista para salir al mundo. Llegó el día y casi naces en el coche, que se negaba a arrancar. Prisas, nervios, corre corre que no llegamos... llegar y ya!!

Cuando te pusieron en mi pecho... Uff... no sabía ni como cogerte, una criatura tan tierna, parecía una madre novata. Entonces durante días me replanteé mi feminismo porque comprobé que las mujeres somos simplemente diferentes a los hombres, sin más ni menos. Pura biología? Educación? Influencia social? Pamplinas? 

Después de cuatro pirulas... cómo se limpia a una bebita? Ainx, y eso que a mi nieta alguna vez le cambié los pañales (y antes de a ella a mi sobrinas).

Aprendí a ello igual que aprendí a quererte, a verme reflejada en ti, a verte reflejada en mi, a sanar junto a ti mi relación con mi propia madre, con mi hermana, con las mujeres de mi vida y con mi propia femineidad. 

Ni que decir tiene que si hubieras o hubieses sido niño te querría igual de mucho que a todos y cada uno de tus hermanos e incluso que a ti misma, he dicho!

Fuiste una niña rebelde, dificililla, llorona, exigente, caprichosa... boniquitísima.
hasta convertirte en la persona humana que eres ahora: una mujer sensible, enfadosa, inteligente, ruidosa, cariñosa, creativa... stupenda.


En este momento, sólo puedo decir que te quiero. Agradezco a tu padre su 50 % en tu concepción y a la vida el regalo de ser tu madre. 

Felicidades Elena, hoy cumples 19. 

Deseo que cumplas muchos más, muchísimos más, sispli.




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