miércoles, 20 de agosto de 2014

puzzle

En ocasiones las cosas parecen estancarse y puede incluso que las dejemos aparcadas, sin acabar de entenderlas o sin saber cómo procesarlas. Entonces ocurre algo que lo posiciona todo, aparece la última pieza del puzzle que hace que todo encaje... es aquello de: ahora lo entiendo todo.

La pieza puede ser central o aquella tan tonta de algún rincón desdibujado. Sea como fuere con ella se completa el "cuadro" y ya se puede archivar, una vez solucionado y encajado.

De igual forma en otras ocasiones ocurre todo lo contrario. Una situación, relación, acuerdo, asunto acumulado y/o tema aparentemente en orden se va al carajo porque de pronto algo o alguien nos quita un fragmento del rompecabezas (o lo perdemos nosotros mismos). Se desmorona todo, se desmonta como si se cayera.


Una se siente inútil al reconocer el poder de un simple pedazo que consigue acabar de completar una figura, o por el contrario desmontarla.

Cuando ínter-actuamos y compartimos siempre hay un riesgo, tanto de posible pérdida como de ganancia. Qué hacemos pues, nos convertimos en ermitaños y nos aislamos del mundo?, o nos seguimos arriesgando a montar y desmontar escenas de vida?.

En mi corazón ya van faltando demasiadas personas, sobretodo mi hijo Xavi. Intento recordar y recordarme que todo es temporal, por lo que debemos disfrutarlo mientras podemos (y si los puzzles se escorromoñan siempre nos quedarán las cartas del Uno).


En una de nuestras conversaciones caseras les dije a mis hijucos algo así como que todos estamos unidos por hilos invisibles... añado que a veces se enredan y entonces o nos entretenemos en desenredarlos o simplemente cortamos por lo sano desligándonos. Cómo saber si vale la pena desenredar?. 

(También comenté que la vida es como un vídeo-juego 
y el que me lleva a mi tiene el mando estropeao, 
tanto como mi pc... ).


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