martes, 29 de julio de 2014

chispas

Cuanto más brillante y fuerte es la armadura más chispas produce al roce. A veces un simple toque puede derretir la coraza mejor blindada (es lo que tiene la ternura). Ir desprotegidos da mucho miedín, reforzamos la protección con acero templado?. 


Pues bien, yo me he ido desprendiendo de la cota de malla (la he substituido por algún q otro kilo de más, por aquello de la dulzura) y cada día que pasa me vuelvo menos miedosa. 


Ofrecer, regalar, aceptar, desear, transmitir... 




Cuando eres capaz de decir un "t'estimo" sin trampa ni cartón sientes como que te entra más aire en los pulmones. Y una vez dado el mensaje en realidad da un poco igual lo que ocurra (inmediatamente) después. Simplemente hay que dejar que se respire y respirar. Sin más. Sin menos.




He aprendido que puedo seguir queriendo profundamente a mi hijo, a mi padre y a unas cuantas personas más a las que sé que nunca más veré ni abrazaré físicamente en esta vida. El amor que siento por él, por ellos, es infinito e incuestionable.

  Es bien y bien me parece.

Soy capaz d querer a pesar de la ausencia, de la distancia, de la falta de disponibilidad, de las distintas realidades disonantes, de los años que puedan pasar hasta el próximo abrazo... Incluso aunque todo se quede en agua de borrajas.

Me siento bien y mal. Me apetece estar contenta y algo triste. Sin "papallones" y con ilusión. Sin temblor y con chispa. Sin prisa pero sin pausa... y, si conviene, con todas las pausas del mundo mundial.

Arriesgando y permitiendo posibles nuevos amores más cercanos y asequibles, chispitas de vida... 

Mi corazón es grandote, tanto como yo.

2 comentarios: