martes, 23 de julio de 2019

romper

Las rupturas suelen ser chungas, aunque sean por decisión propia. Los finales duelen, es por ello que conviene elaborar un duelo. 

Los duelos sirven tanto para superar la muerte de un ser muy querido (como todos sabemos) como para todo tipo de pérdidas: laborales, sentimentales, vivienda, amigos, salud, economía... 

En el proceso se agolpan las imágenes y los recuerdos, puede dar miedo olvidar lo bueno y/o recordar en exceso lo malo (y viceversa). Hacemos balance, consciente e inconsciente, de nuestra percepción de lo vivido, de todo el tiempo que hemos compartido con esa persona (o situación o cosa).

Las emociones se rebelan pidiendo protagonismo, como en una carrera de obstáculos a ver quien es la más ágil. Se mezclan ideas, sentimientos y sensaciones físicas como en una noria inacabable. Uff, menudo mareo!. 

Qué hacer? Saltar al vacío, ir frenando las vueltas, disfrutar de las vistas??. Sea como fuere ese efecto de tripas revueltas va dando por saco, para recordar que conviene gestionar, porque mirar hacia otro lado sólo sirve para despistar.

Se trata de coger aire, respirar profundamente y... dejar salir: La rabia, el dolor, la tristeza, el cabreo, la añoranza, el sentimiento de fracaso, la desilusión, el nunca más, los porqués. 

Romper es una buena definición (a ratos me siento rota). Ahora se trata de tener paciencia, una vez más, e ir limpiando todas esas sensaciones que invaden mi ser. Aún teniendo la decisión clara, me jode. Paso de pensar que podría haber funcionado a preguntarme para qué lo seguía intentando.

En un mar de sonrisas y lágrimas ando, como en la famosa peli de toda la vida. En fin, que se acabó el recreo y que el refugio ahora mismo ni sé ande andará. Me apetece acabar hoy como cuando los niños del film cantan "adiós".

"I flit, I float, I fleetly flee, I fly"... es bien?







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