miércoles, 31 de mayo de 2017

belleza

A todos nos gusta la belleza. Hace del mundo un lugar más habitable. La naturaleza, el arte, la música, la arquitectura, las miradas limpias...

El problema suele venir cuando, a mi entender, se prioriza lo bello externo, mayormente hacia algunas personas (a todos nos gusta la gente guapa). 

Que sí, que hacer ejercicio, comer sano y llevar una vida estupenda ayuda mucho, pero es necesario recordar que todos tenemos una carga genética que determina desde el color de los ojos hasta la prominencia del culo.


Entonces alabar en exceso a alguien por su guapura externa puede ser peligroso, y viceversa. Yo es que ya tengo una edad y cuando era joven y casi bonita ni lo sabía y ahora que estoy de capa caída a nivel físico cada vez me gusto más.

Habré empezado a quererme y respetarme? 

Volviendo al tema anterior: los seres que carecen de las premisas y los valores básicos pierden atractivo por muy bellos que sean en la carcasa. Inculcar conciencia y consciencia parece aburrido y caduco, así nos va. El mundo de las prisas y lo superfluo, del todo vale, a dónde nos lleva? 

En serio, la vida es otra cosa. Lo de ser buena gente nunca caduca y nos hace mejores, incluso es inocuo.

Estoy en un momento vital de incertidumbre en el que las reflexiones y las harturas vienen solas, en el que me aburre soberanamente la mitad del personal (al igual yo también a ellos) y en el que elijo estar bien.


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Yo aquí, divagando. La vida me acaba de recordar que soy una persona afortunada. Hace un rato han caído en mis manos unas deliciosas cartas que me escribieron hace muchos años, por un lado las de mi padre y por otro las de mi muchomasmejoramigo Juan... belleza y amor en estado puro!.  


Y hasta aquí puedo contaros


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