viernes, 26 de septiembre de 2014

armonía

Para llegar al equilibrio armónico a veces hay que romper, romperse, cortar por lo sano. Yo siempre hablo, digo, aviso... luego vuelvo a confiar y me la dan con queso, me decepciono, me entristezco, me casi hundo. Cuando se toca fondo es cuando realmente empieza el cambio, y con él la posible recuperación. 

Te ves sin luz, sin aire, sin salida, sin recursos, sin ilusión... es entonces cuando echas mano de aquella fuerza interna, la que reservas en lo más profundo... sacas la nariz (en mi caso una buena napia), estiras el cuello y asomas la cabeza para pillar oxigeno, te mareas, sientes calambres en las piernas (cual si estuvieras subiendo el Mortirolo), te sientes débil, frágil, sola... aprietas todo lo apretable para subir un poco más... uff!

Oiga usté, para llegar a la armonía cuantas pruebas me quedan? Cuantas subidas, bajadas, caídas y vueltas a levantar... mogollón? pues me pido una zona suave de descanso para avituallamiento y reajuste.

Estos días un amigo de Xavi me contó su preocupación porque me ve con muchos altibajos... pozi. Se llaman vivencias intensas y harto complicadas.

Mi padre me confesaba que la vida le hizo callo, quizás en el alma. Yo entonces lo veía como algo inimaginable para mi... Llega el momento en que veo sus ojos en los míos (cosa bien curiosa porque los suyos eran azules) reconozco su mirada en mi, y me asusta la dureza, la suya, la mía, la de los demás.

Ayer una muy buena amiga me alertó: me veía la expresión endurecida, ella sabe que mi fondo es muy otro.

SOS: si ubicarme, posicionarme, afianzarme e instalar lo que voy aprendiendo, reforzar mi maltrecha autoestima y reclamar respeto me convierten en un ser opuesto a mi propia esencia... "virgencita que me quede como estoy".


A todas las personas que entendéis que proteja mi vulnerabilidad con firmeza, que me respetáis y tenéis la amabilidad de leerme sin juzgar, que entendéis mis criterios incluyendo protegerme de todo aquello que pueda herir mi sensibilidad, que a pesar de todo seguís confiando en mi... Gracias, un tierno y enorme abrazo.

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