sábado, 9 de septiembre de 2017

recreo


Cinco días de recreo extra, con y en pareja, para finalizar el primer verano relajado desde hace muchos años. Me siento bien, muy bien. Prueba superada. El territorio amable, neutral, relajado, cálido y sencillo... mejora sustancialmente la situación. 


Largos paseos por la playa, conversaciones, birras, buena comida, siesta, más garbeo, gintonic a la orilla del mar (con la luna de fondo). Parece como si algunos alguienes nos echarais un cable desde donde quiera que estéis. Es bien! Gracias, chico nuevo viejales de toda la vida.

Sí, ya sé lo que estáis pensando, que de vacaciones todo es ideal. Pozi, ello ayuda, pero en este caso también sirve para confirmar que estar juntos es genial. Es decir que aunque ahora toca volver cada uno a sus quehaceres, a su universo personal, a la distancia geográfica, a resolver asuntos acumulados, a seguir alejados... Resistiremos!.

Suavizar la vida siempre ayuda.


La diferencia, fundamental, es que hay un presente y un posible proyecto de futuro en común (en caso contrario que nos quiten lo bailao). 

La verdad es que después de tantos sinsabores, dificultades, destrozos, remiendos y duelos severos sentir una miaja de bienestar es un buen regalo. Ya tenemos una edad en la que todo se ve y se vive desde otras perspectivas. Sin prisa, pero sin pausa. 

A ratos sigue dando un poco de miedín, pero es pasajero.

Es como si esa educación castradora asomara la nariz cuestionando aquello del merecimiento. Habrá que conjugar el verbo merecer en voz alta y clara: yo merezco, tu mereces... nosotros merecemos.


Y hasta aquí puedo contaros, el resto es... muy privado ;)











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