miércoles, 10 de diciembre de 2014

calma

La vida es muy generosa conmigo y me regala excelentes amigas/os (debe ser para compensar la falta de pareja) los cuales me ayudáis, entre otros menesteres, a reflexionar y a reconducir mis cabreos. Gracias. Tengo suerte de saber compartir mis caborias con vosotros y de haber aprendido a escucharos de forma activa, luego reflexiono y las piezas encajan o acaban de desencajar, según el caso y la cosa. 

Como he dicho hace un rato en mi fb a veces soy una mosca cojonera. Es decir que tal vez por ello algunas personas huis para eludir mi cansinez... es lo que hay, tendré que asumirlo.

Anoche mismo tuve una conversación que estaba pendiente hace demasiado tiempo y me ha dejado un estupendo sabor de boca. Gracias amiga. Agradecer las personas con las que compartimos camino y comunicarles nuestro agradecimiento es una tarea que me produce esa sonrisa bobalicona que sale directamente del corazón.

Ayer fue día de rebote, acumulación de emociones chungas mal digeridas. Odio estar cabreada. Quien me entienda que me compre y al resto... que les den.

Hoy he decidido recuperarme a mi misma y querer, queriéndome, queriéndoos a los que me queráis querer, desde esa cosa tan en desuso que se llama respeto, desde la sensibilidad, desde la inteligencia emocional, desde la paciencia y desde la actividad.


Porque vale la pena vivir sin rencor, sin insistir en tener siempre la razón, abriendo los ojos y dando oportunidad al buen hacer y el bien pensar. A pesar de mi notable perdida de energía, especialmente después de la muerte de mi hijo, sigo teniendo conatos viscerales en los que permito que me afecten en exceso cosas y personas que en el fondo carecen de sentido. 



Después, desde la calma, siento que me estoy perdiendo y que es preferible evitar caer en la tentación de las malas costumbres. Me disculpo ante los que habéis sufrido mi último conato de desesperación ante la impotencia de sentirme desconectada de mi esencia... y de la vuestra. A mi es que me mola sentirme cercana.

Cada uno escogemos, en la medida de lo posible, cómo y con quien recorremos esto que llamamos estar vivos. Me pido ternura, como la canción que estoy escuchando ahora mismo: "Tendresa - Lluis Llach".

Ser tierno parece como de ser sólo flower power, nada más lejos de la realidad, cuanto más escuchemos a nuestro interior y cuanto más se comuniquen nuestro corazón con nuestra mente mejores personas seremos.

Aviso, vuelvo a estar en mi (más me vale porque se acercan fechas muy especiales y estoy a puntico de ser bisabuela, que Gorka, como todo lo bueno, se está haciendo esperar). Por cierto, muchas felicidades Emmi, 22 añazos!!


... nos vemos!


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