martes, 11 de octubre de 2016

parejas


Hace 3 años empecé a escribir en mi blog, éste mismo que tenéis ante vuestros ojos. Lo hice de forma espontánea, llevaba años escribiendo en libretas de todo tipo, para mi misma, y me apetecía comunicarme en "voz alta" (ni me podía imaginar que tuviera tantos lectores).

Como ya os he contado hace cinco años perdí la vergüenza (una de las consecuencias del duelo severo) y en septiembre de 2013, tras la ruptura de la única pareja que he tenido en los últimos 11 años (un cariño de verano), me lancé a compartir pensamientos, sentimientos, ilusiones, tristezas, alegrías, proyectos, añoranzas... "cosas de vida". 

Estos días en los que he tenido movida emocional extra, coincide que hace muchos años de una historia muy especial. De esas que te hacen entender la letra de los boleros, sin cursileria ni ñoñez, desde lo más profundo del sentir. Un eterno amor imposible, al que aparqué sin dudarlo al comprometerme con el padre de mis hijos pequeños, y al que volví tímida y esporádica-mente apenas dos veces en muchísimos años.

Se acaba el enamoramiento, el temblor de piernas, las mariposas en el estómago, la chispa en la mirada, las cosquillitas en el corazón... entonces qué queda?? Pues desde nada o un simple recuerdo (con suerte bonito) a algo auténtico. En mi caso a pesar de la incompatibilidad, la distancia y el silencio le sigo llevando en las entretelas.

Tranquis que ya pasó, aunque con él se paraba el mundo era una quimera, cuando nada coincide es recomendable pasar página. Nos contaron muchas chorradas sobre el "emparejamiento", sin darnos instrucciones, y a menudo las carencias nos despistan. Dejamos de querernos para buscar fuera alguien que nos proporcione esa calidez añorada, aunque sea efímera y frágil. 

Ahora soy consciente de que lo que deseo es un persono que esté: cerca y cercano (dejando aire para respirar), libre para implicarse, valiente, fuerte, tierno, con buena conversación y sentido del humor... y sé que la vida me lo regalará cuando menos me lo espere. Sin prisa pero sin pausa.

 

 la ternura es compatible con el género humano e incluso le da un plus



2 comentarios:

  1. Sigue escribiendo, por favor, me encanta la honestidad con la que tan bien te explicas

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  2. Muchas gracias Mercè, honestidad es una palabra genial :)

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