lunes, 19 de enero de 2015

rebelde

Hoy estoy rebelde, de andar por casa, pero rebelde.

Sirve para algo? Ni idea, a veces el día a día me resulta pesado y una miaja cansino. Hay que tirar palante, sí, y en ello llevo mil años. Quiero pensar que sigue siendo la luz invernal que nunca me ha molado, el caso y la cosa es que ahora mismo estoy en mi escritorio, al sol que entra por mi ventana y ni por esas.

Me enfado conmigo misma porque de pronto me altera algo que debería estar más que superado, al igual es sólo la punta del iceberg y necesito otro par de siglos para aprender a ser mayor. Y es que cuando intuyo deslealtad me llevan los demonios. Anoche se me desató la desazón y me salió (suave) la bruja que llevo dentro, lo siento, a veces ella también reclama su papel de figurante, o incluso de secundaria

O tal vez es que aunque el duelo lo lleve "bien" sigue pesando en exceso la muerte de Xavi, tanto que me dan ganas de mandar al carajo al mundo entero, o a casi todo el personal. Salir corriendo? Y ande puñetes voy? Huir mola siempre que sea hacia adelante, lo otro es de cobardes y una tiene su punto de rebeldía pero de cobarde ni pizca, mire usté.


Una solución quiero! Andar haciendo de matriarca eterna es un auténtico coñazo, quiero alguien me me apoye un ratito, aunque parezca mentira yo también tengo mi corazoncito que pide un igual, es decir algún alguien para cogernos de la mano y recorrer un pedazo de camino vital. Compartir, acompañar, caminar, avanzar y/o hacer un alto para recuperar energía. 

Acabo de tener una conversación intimista con mi nieta. 
Gracias por confiar en mi y devolverme una chispa de autoestima.


(Empecé a escribir antes de comer, luego vino la paella, jugar al juego de mesa que trajeron los Reyes, tener en brazos a Gorka... todo ello ha contribuido a relajarme, reírme, disfrutar de una buena jornada familiar y acallar el runrún interno que descalienta mi alma. Mañana más... )

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