domingo, 1 de diciembre de 2013

tranquilidad

Tranquilidad es sinónimo de felicidad... ?. 

Parece simple: estar presente, vivir el momento, permitir a los diferentes estados de ánimo que respiren para digerirlos (aunque a veces produzcan indigestión).

Programamos cosas y en el último momento se caen... antes caía más en la frustración, ahora intento ser amable, incluso conmigo misma. 

Voy teniendo menos energía, los años y las experiencias vividas desgastan y mi cuerpo me recomienda tranquilidad, para reponer fuerzas y seguir levantándome cada día. Aún así sigo sorprendiéndome ante la belleza de imágenes, sonidos, sonrisas, miradas...  

En las emociones,  estoy liberando falsas expectativas, me voy gustando y me permito creer en mi, sin hipocresías ni egos banales, desde la esencia. Aceptando mis limitaciones/debilidades y potenciando mis aspectos más sanos y positivos (desde la humildad de recordar que sólo soy una persona).

Y así, sin más, voy creando una miaja de felicidad, en la que evidentemente la tranquilidad ocupa un espacio y el amor mucho más. Amar en general, con mayúsculas, minúsculas, interrogaciones, diéresis y puntos suspensivos.


A veces mi alma y mis ojos están tristes, incluso muy tristes. A veces lloro. 
Otras veces respiro hondo y salgo al mundo a pescar alegría, hay que estar muy atentos para aprovechar las chispas.

Hoy ha sido un día bonito, me he acercado a colaborar con la pedalada solidària de la marató y después he acudido a la cita anual con la festa de les capacitats i la dancemob. Genial, la solidaridad y la inclusión son imprescindibles para nuestra sociedad social.

Como mis tardes de domingo vienen siendo tranquilas me permito darle a la tecla y escribir, así es la vida. (También podría ver la tele). 



Un abrazo sonriente a todas las personas que tenéis la amabilidad de leerme.


   

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