Ayer vi en FB (gracias Mireia) un post que dice "llevo toda la vida esperando que llegue el día menos pensado". Llevaba yo un rato pensando en algo parecido.
Y es que, a la gente de mi quinta, nos contaron muchas mentiras. Sobretodo sobre las verdades que siempre nos decían a medias.
La vida va torneando a las personas en su espiral constante (menudo mareo) y algunos se convierten en piezas clásicas, armónicas, proporcionadas, prácticas, útiles y/o modernas. Otros salen más revolucionarios, en cada vuelta del torno van esquivando y se forman un poco así, a su libre albedrío.
Quiero pensar que en el mundo todos somos valiosos y la diversidad nos enriquece, formando un puzle mucho más colorido y apasionante. Como que todas las piezas venimos siendo convenientemente eficaces. El equilibrio es la clave que puede conseguir que encajemos o que quedemos en tierra de nadie.
Se me va el santo al cielo y dudo si me estoy explicando, tengo varias emociones, vivencias, pensamientos y sentimientos pululando al mismo tiempo por mis adentros y me estoy volviendo un poco majara. Amigas que se separan, personas nuevas que la vida acerca, los de siempre que están por ahí, a su bola...
Suerte que sigo siendo afortunada. Por ejemplo, hoy las mosqueteras nos hemos regalado un buen rato de confidencias, conversación, comida sana, compañía de esa que ni calculas el rato que llevas. Como anoche con otra amiga, que siempre se nos hace corto.
Mientras sigo reflexionando y aprendiendo sobre lo y los que me hacéis bien, lo exigente que he sido y lo tolerante que me voy volviendo, la cosa esa de la inmediatez que, increíblemente, cuando va quedando menos tiempo (por edad y eso) parece que todo puede esperar.
Es curioso observar cómo, mayormente cuanto más jodidos estamos, nos agarramos a clavos ardiendo en un intento de vaya usté a saber lo qué dando cancha a los asuntos menos importantes. De pronto adquieren prioridad cosas que, si las miramos desde lejos, ni les echamos cuenta. Miedo? Lo que puede hacer con nosotros!!
El caso y la cosa es que me empiezo a entender a mi misma, aunque a veces aún me veo una miaja gilipollas. Pero cada vez interiorizo mejor y aparco lo superfluo. Tener buena relación con alguien tan cercano como nuestro propio ser es bien.
Esperando... y vosotros, a qué esperáis?
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