Pedí a mis ancestros que me enviaran una señal y... soñé con bengalas. Sisi, de esas que hacen chispas de luz brillante tan inofensivas y alegres.
La verdad es que estos días estábamos como viviendo una telenovela en diferido, hay que ver qué peliculeros podemos llegar a ser!. Tiempo, calma y paciencia, enviando buenas vibraciones y agradeciendo/deseando que todo salga bien (aunque creo que estamos todos un poco locos).
El caso y la cosa es que queda ná y menos para Nochebuena y, a pesar de las sillas vacías, o tal vez por ellas, me sigue encantando reunir a mi familia en torno a una buena mesa y compartir cena chachi con cariño. Alejados del consumismo en la medida de lo posible y procurando esa calidez de la presencia aderezada con una pizca de ilusión.
Recibí el otro día un whats de los de Bon Nadal, simpático, agradable... y como sigo siendo pelín ingenua pues mira, me hizo hasta ilusión, gracias!.
Ay! que me estoy poniendo sensiblera, si hasta me gustan las luces navideñas de las calles, mira a mi es que me alegran un poco las noches grises invernales.
Con mi padre decidimos (hace siglos) celebrar Papa Noel por aquello de ser más modernos y porque era el único evento navideño en el que coincidíamos todos a la vez. Él disfrutaba pudiéndonos obsequiar con regalos y con buena teca en la mesa. Era detallista y equitativo, a los hijos regalos iguales, a los nietos por edades lo mismo de dos en dos... todo preparado con mucho cariño.
Cogíamos a los peques y nos íbamos a la Plaza Mayor de los madriles a completar aquella figurita para el Belén, al cine, al parque... Mis recuerdos de la cosa nadalenca mientras él vivió son entrañables, disfrutar de mi familia, de mi padre haciendo de abuelo, de pasear por "mi pueblo" con ellos... impagable.
Me hizo prometer que seguiría su estela. Como lo mío viene siendo un matriarcado pues la mafia Volpini vallenca seguimos celebrando la nochebuenez y, de momento, mis hijos y nietos lo respetan compartiendo tal evento en casa. A veces somos muchos, a veces menos... este año tenemos dos incorporaciones que son personas muy bienvenidas a nuestro clan.
Que hay momentos de tristeza y añoranza? pues sí, claro, abuelo Manolo y Xavi dejaron un vacío insustituible, muy real, lo que ocurre es que llenamos el hueco con su recuerdo, con sus anécdotas, con su esencia, con alguna lagrimita medio a escondidas... y con mucho turrón.
Seamos sinceros, por muy ñoño que parezca, por muy reivindicativos que nos pongamos es el único momento del año en el que todos nos deseamos mutuamente felicidad, luego ya de cada uno depende que sea algo superficial o un deseo de verdad de la buena.
En cualquier caso me sigo pidiendo para Reyes fomentar: el respeto, la tolerancia, la honestidad, la lealtad, la responsabilidad, la alegría y las ganas de seguir viviendo (entre otras muchas cosicas buenas).
El caso y la cosa es que queda ná y menos para Nochebuena y, a pesar de las sillas vacías, o tal vez por ellas, me sigue encantando reunir a mi familia en torno a una buena mesa y compartir cena chachi con cariño. Alejados del consumismo en la medida de lo posible y procurando esa calidez de la presencia aderezada con una pizca de ilusión.
Recibí el otro día un whats de los de Bon Nadal, simpático, agradable... y como sigo siendo pelín ingenua pues mira, me hizo hasta ilusión, gracias!.
Ay! que me estoy poniendo sensiblera, si hasta me gustan las luces navideñas de las calles, mira a mi es que me alegran un poco las noches grises invernales.
Con mi padre decidimos (hace siglos) celebrar Papa Noel por aquello de ser más modernos y porque era el único evento navideño en el que coincidíamos todos a la vez. Él disfrutaba pudiéndonos obsequiar con regalos y con buena teca en la mesa. Era detallista y equitativo, a los hijos regalos iguales, a los nietos por edades lo mismo de dos en dos... todo preparado con mucho cariño.
Cogíamos a los peques y nos íbamos a la Plaza Mayor de los madriles a completar aquella figurita para el Belén, al cine, al parque... Mis recuerdos de la cosa nadalenca mientras él vivió son entrañables, disfrutar de mi familia, de mi padre haciendo de abuelo, de pasear por "mi pueblo" con ellos... impagable.
Me hizo prometer que seguiría su estela. Como lo mío viene siendo un matriarcado pues la mafia Volpini vallenca seguimos celebrando la nochebuenez y, de momento, mis hijos y nietos lo respetan compartiendo tal evento en casa. A veces somos muchos, a veces menos... este año tenemos dos incorporaciones que son personas muy bienvenidas a nuestro clan.
Que hay momentos de tristeza y añoranza? pues sí, claro, abuelo Manolo y Xavi dejaron un vacío insustituible, muy real, lo que ocurre es que llenamos el hueco con su recuerdo, con sus anécdotas, con su esencia, con alguna lagrimita medio a escondidas... y con mucho turrón.
Seamos sinceros, por muy ñoño que parezca, por muy reivindicativos que nos pongamos es el único momento del año en el que todos nos deseamos mutuamente felicidad, luego ya de cada uno depende que sea algo superficial o un deseo de verdad de la buena.
En cualquier caso me sigo pidiendo para Reyes fomentar: el respeto, la tolerancia, la honestidad, la lealtad, la responsabilidad, la alegría y las ganas de seguir viviendo (entre otras muchas cosicas buenas).
Lo dicho amiguetes, Feliz Navidad!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario