martes, 29 de octubre de 2013

minúscula

durante muchos años escribía siempre mi nombre con minúsculas, emma, hasta que un día me posicioné en Emma, sin más

pues bien, de vez en cuando tengo algunos momentos de vida, de diversa duración y consistencia, en  los que me siento muy minúscula, como por ejemplo hoy, desde anoche

de pronto llega información inesperada que me hace temblar por dentro, ese interior frágil que protejo a capa y espada con mi disfraz de fortaleza

según qué episodios me producen una tristeza profunda, mezclada con rabia, acompañada de llanto, con resultado de pequeñez

cuando aquello en lo que creo, lo que creo que creo y lo que creo que soy se va todo al carajo... me quedo en el aire, sin asideros 

me siento diminuta, con ganas de pasar desapercibida, en silencio, despacito, sin que me vean 

(que paren un ratito el mundo)

mi padre me decía que con la edad haces callo y te endureces... en mi rebeldía innata cada proceso me vuelve más sensible y vulnerable; es esto aprender?

necesito volver a creer en mi misma, sin mayúsculas ni falsas expectativas, sin superlativos; desde la base, desde la calma; volver a confiar en lo y los de confianza

deseando un abrazo protector que me ayude a volver a mi tamaño natural (que viene siendo enorme por fuera y chiquitín por dentro) 


quién me regala una sonrisa? 






2 comentarios:

  1. Simplemente porque me has llegado y por ser tocaya, y también porque tenemos un nombre bonito. :)

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