martes, 15 de octubre de 2013

mamá

Cómo puedo imaginarme la vida sin ser madre? Mi propia vida... imposible!

Básicamente porque soy "mami" desde pequeña, era una enana mental cuando mi naturaleza hiperfértil me cambio juego por juguete. Pues sí, a los 14 años (de entonces) era más inocente que un cubo. 



A lo que iba, proyecto de vida sin hijos? sin maternidad?... ni flowers.

Esto es ni bueno ni malo sino todo lo contrario. Desde el preciso instante en que tuve a mi primer hijo cambio mi estatus para siempre. Después vinieron otros dos. Y mucho más tarde los dos "peques". 

Sea como fuere, teniendo uno, o cinco, la maternidad es una sensación magnífica, una actitud, una forma de vida en si misma, por y para ello, por y para ellos. 

Si quieres ser madre materna pues son muchos momentos, horas, días, semanas, años de dedicación casi exclusiva. Sin querer evitarlo.

De pronto un día te planteas: quién soy? cómo me llamo? qué hago aquí? para qué sirvo? qué me gusta?



Y te propones recuperar tu identidad, recuperarte a ti misma. 

Sin dejar de amarles, ni de cuidarlos. Sin dejar de estar a su lado, acompañando, ofreciendo ese abrazo, esa regañina, esa mirada, ese cobijo, eso de... tu sabrás lo que haces pero... (siempre desde el cariño y/o desde la sensación de que tal vez nunca es suficiente). 

Cómo es la vida sin sentirme madre eterna? porque a veces, a menudo, he trasladado ese rol a otras relaciones. Amigos, amigas, parejas...  y como que ya vale.


Hijucos... lo siento, lo vengo haciendo lo mejor que sé.

Siempre he compaginado la maternidad constante con trabajar, estudiar y tener otro tipo de proyectos (así estoy de cansada).

Me llena el corazón comprobar que todos y cada uno de ellos son personas estupendas en su calidad humana y en sus especialidades vitales. 

Sea como fuere, mi intención es ser cada vez más yo misma, eso sí,  continuando con la tradición de los macarrones sabadiles, con mucho queeesoooo.  

El sentimiento de amor materno ni la muerte lo separa...

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