sábado, 17 de agosto de 2024

vacacionesdevarano



Queréis reíros conmigo? Hace tanto que no salía de casa que me he dejado ropa en el armario de Villa Engracia, eso sí, es la limpica. La verdad es que fui para tres noches, alargué a 4 y me hubiera (o hubiese) quedado al menos cinco. Mis vestidos veraniegos han decidido por mí, ya te digo.

Ahora, después de perseguir a las hormigas que, aprovechando mi ausencia, se habían instalado en el sofá (menudas comodonas). Es decir, lavar las fundas, los cojines, darle la vuelta a , intoxicarme con insecticida y volver a montarlo como si nada. Bueno pues me dispongo a poner una lavadora con mi ropa vacacional y digo, ande anda mi pantalón blanco, ese que nunca me pongo?... Pues de vacaciones de verano!.

Ya que estoy os cuento que regalarme una mini-escapada a solas conmigo ha resultado un buen regalo. Desconexión, reconexión, naturaleza, descanso, lectura, paseos, pasear libreta y boli, visitar sitios mágicos como el Monestir de Poblet, las cuevas de l'Espluga, el Museu Terra, la piscina, la terraza con vistas a la puesta del sol, una caminata inverosímil por la montaña de La Pena (subiendo por caminos estrechos, empinados y empedrados). 

Una delicia, incluyendo los vecinos, una pareja encantadora que vive en Valencia y con la que he compartido desde "la sisi" para tender las toallas hasta pipas, pasando por conversaciones vespertinas agradables e interesantes (encantada de conoceros, seguimos en contacto).

Pues bien, después de tanta intensidad y calma, de respirar bosque y cultura, de recordar a personas cercanas que ya están "arriba". De cerrar ciclos para dar paso a lo nuevo (que está llegando). Esquivar mosquitos y buscar sombra. Reforzar colirios para mis ojos rebeldes. Sentarme frente a la escalera en la que empezaron cosas hace 33 años, reconciliarme y soltar...

Es bien, muy muy bien.

Me digo, pues ya estás más consciente, teniendo en cuenta que la mayoría del tiempo nos movemos en automático. Me despido (temporalmente) de mis nuevos amigos, recojo mis cosicas, las llevo al coche, dejo la puerta del habitáculo abierta, con la intención de volver a entrar a revisar si me dejo algo... 

Mi ego me dice, qué te vas a dejar hijamujé? tira pal coche!. Y yo voy y, en lugar de seguir a mi instinto, sigo a mi cabecita y me largo, dejando tras de mi tres de mis prendas favoritas. Bien colgadas, en sus perchas, ahí, todas monas. Suerte que el personal es efectivo y me las tienen guardadas, incluso me dan la opción de enviármelas, aunque yo prefiero aprovechar para darme un garbeo extra por la zona.

Y hasta aquí. Genial. Seguimos para bingo.



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