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Hola Xavi,

Llevo desde el lunes intentando escribirte. Hoy y ahora, aquí sentada en las rocas frente al mar, por fin me decido.

Parece que las cifras "redondas" nos afectan más, en plan balance de década o algo parecido. 

Sí, ya sé y además me recuerdan que tú siempre tendrás 32, aunque dudo que en la muertez los años tengan importancia.

Como yo sigo en tierra, en formato persona de carne (mucha) y hueso (alguno en reparación) pues sigo contando el tiempo. Y ya hace cuarenta años que tuve la suerte de parirte, en vivo y en directo, anestesiada (contra mi voluntad).

Sigue siendo muy difícil explicar con palabras las emociones y los sentimientos agridulces en tales fechas, e incluso en otras más "normales".

Te añoro, te echo de menos, me sigues gustando, te sigo queriendo... has visto que chulo lo de Capsacosta? Vaya pregunta! Tú si que lo sabías 😉 Jopeta gracias a quien o quienes seáis los artífices. Un detalle muy emotivo y ciclista.

Sabes qué? También vivo, respiro y me permito sentir. Cuando aparece la tristeza la saludo y nos acompañamos una miaja. Si asoma la alegría, más de lo mismo. Lo jodido es la apatía, a esa le canto "malamente" y, en cuanto recupero energía me vuelvo a mover. Aunque a veces, como ves, el movimiento parezca círculos concéntricos, en realidad viene siendo como una espiral...

El sonido de las olas es tranquilo, relajante, ello me ayuda a recuperar la calma. Es bien. Porque aún me pellizca el corazón tu ausencia, aunque vivas en él.

Xavi, hoy también te quiero ∞💙