(Mi duende me llama así). Si la revolución sirve para ver la humanidad de otra forma pues va a ser que sí, que soy un poco revolucionaria.
Ayer colgué una foto de un cielo bonito, con contrastes de azules y nubes que parecen de acuarela, con mucha luz del sol jugando al escondite. Miré hacia arriba, me gustó, fotografíe con el móvil y publiqué en insta y FB.
Inmediatamente empecé a recibir mensajes preguntando qué me pasaba... Hasta que alguien escribió "preciosa" (gracias personas amigas). Mi hija dice que lo que despista es el enunciado "Así estoy yo... " que es simplemente la frase que me vino a la cabeza. Ahora releo la letra de la canción de Sabina y entiendo que se preste a confusión (aunque muchos ni la conocen), es lo que hay.
Esta mañana un posible amigo nuevo decía que me gusta provocar... pos tal vez sí. Es que sigo siendo pelín impulsiva a pesar de la viejunez. El caso y la cosa es que comparto lo que me apetece. Ya de paso me encanta observar vuestras reacciones, al tiempo que me sorprende que la mayoría sean de matiz negativo.
En serio, la imagen me provocó una sensación buena y es que contemplar la belleza es compatible con la añoranza. Esa especie de cosquillas en las entretelas que nos hacen recordar que estamos vivos. Porque a menudo la vida nos regala esos instantes especiales, sólo hay que estar atentos para percibirlos.
Disfrutar a pesar de echar de menos, mucho, a las personas muy queridas que están (o eso nos gusta pensar) en esos cielos tan revueltos, tanto como en nuestros corazones. Permitirnos respirar, coger aire para seguir contemplando el firmamento azulado, e incluso blanquecino o gris.
Y sí, así estoy yo... sin ti, pero contigo. Es bien.
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