Estoy escuchando a Rozalén, hace tiempo descubrí la canción "Ahora" que apareció en el momento oportuno, dejando atrás la que era casi un himno para mi (Contigo, de Sabina).
La que escucho es "Las hadas existen" (quizá si te fijaras en todas las miradas... ) me viene al pelo porque hoy el tema va del brillo en los ojos... Pues bien, vamos a lo de los brillos.
Ayer, mientras conducía para hacer algo importante, me vino a la mente (vaya usté a saber desde dónde) el tema de las chispas en algunas miradas. Sí, claro, cuando lloramos los ojos brillan pero me refería yo a otro tipo de centelleo.
Os habéis fijado en lo que puede cambiarnos esa miajita de luz?. Un rostro apagado, gris, aburrido... de pronto puede volverse luminoso si se consigue algún destello. El problema viene cuando olvidamos que se puede brillar desde dentro... (es entonces cuando me acerco al mar, porque en él también hay chisporroteo).
Yo soy la primera que me encandilo cuando provoco (o me provocan) ese efecto en algunas personas, entonces me confundo y busco ese chispazo en su reflejo. Como si fuera la única forma de conseguir claridad.
Yo soy la primera que me encandilo cuando provoco (o me provocan) ese efecto en algunas personas, entonces me confundo y busco ese chispazo en su reflejo. Como si fuera la única forma de conseguir claridad.
Qué pasa pues cuando estamos solos? O si resulta imposible mirarse en alguien simplemente porque está lejos y/o inalcanzable? Nos apagamos?
Ese ha sido mi miedo. Ahora entiendo que tal vez me quede algo de chispa propia, agazapada para que nadie la apague del todo, protegida en el fondo para preservarla de la fragilidad. Y es en este momento cuando decido rescatarla y rescatarme. Porque la magia es inmortal y nada ni nadie puede dejarme a oscuras. Aunque a veces sea necesario bajar la intensidad, dejar una iluminación suave hasta recobrar las fuerzas para ver el sol.
Os contaba el otro día que habían fallecido varias personas muy queridas en poco tiempo. Pues hay que añadir uno más: mi tío y padrino, el hermano de mi padre. Un hombre con un magnetismo especial, al que podías estar horas escuchando hablar sobre sus vivencias. Otro regalo de vida formar parte del mismo clan. Gracias grandullón, salúdame a los de arriba, porfi.
Hoy empieza mayo, mes agridulce...
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