sábado, 14 de abril de 2018

contraste

Llevo ya muchas muertes y muchos muertos acumulados, así es la vida, que tras el fin nos da como premura de principio, una especie de urgencia de estar aquí y ahora. Aunque sea para llorar la pena, e incluso para ello.

Soy una afortunada, os lo digo a menudo. Tengo la suerte de atreverme a sentir intensamente, las luces y las sombras, con toda la alegría y la tristeza que conlleva. Contar en mi saldo con seres especiales, pese a que sean temporales, es un regalo. 

Mismamente prefiero llevarles en el corazón que habérmelos perdido por miedo a perderles.  

A veces esas fisuras antiguas del núcleo se resquebrajan ante una nueva pérdida, se remueven las entrañas, se parte el alma... hasta que si das un pasito atrás (o a un lado) para ampliar la visión ves que las cosas intangibles son intocables, es decir que nadie nunca te las podrá robar. 

Por otro lado, ante situaciones pelín surrealistas, os agradezco a todas las personas implicadas estar cerca para compartir y acompañarnos mutuamente.  Todo y todos nos vamos ubicando en nuestro sitio, con respeto y cariño, para unir fuerzas repartiendo ternura. Es bien.

El problema viene cuando hay que hacer encaje de bolillos para seguir adelante con el resto de personal, ajeno pero cercano. Cuando una, a pesar de ser como Obelix (gracias mi duende por el piropo), busca refugio para recobrar el equilibrio emocional.


En las relaciones se vale observar y auto-indagarse, preguntar: para qué estoy haciendo esto? y/o por qué digo esto otro si quiero decir aquello que callo?. 

Ser coherente sería lo acertado. Los miedos y las carencias sacan a la luz lo más chungo, podemos revolcarnos en el fango o aprovechar para hacer limpieza.


Esta última semana ha sido potente, muchos contrastes y vivencias, intentando recomenzar entre situaciones kafkianas... reacciones viscerales provocadas por falsas expectativas y mala comunicación (qué contaminados estamos, jopeta). Viene sucediendo cuando se descompaginan las emociones. 


Nos desoxidamos y nos movemos una miaja? Hacia la verdad, a ser posible. 





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