El ser humano dispone de un detector que se activa cuando sospecha que está, o puede llegar a estar, moderadamente feliz. Se encienden las luces parpadeantes, suenan las sirenas, se abre paso la huida... o se bloquean las salidas.
Qué coñazo!
Qué coñazo!
Luego estamos los acusados de irresponsables por ir en contra de la norma considerada normal, es decir que nuestra alarma se activa ante otras cosas como, por ejemplo, la gilipollez.
Claro que todo es según del color del cristal con que se mira, lo cual abre el debate eterno de si existen los buenos y los malos o sólo son diferentes perspectivas. Tal vez hemos visto demasiadas películas.
Sea como fuere a mi lo que me aburre es la simplez, de simple. Lo sencillo si me gusta, y mucho.
Lo que sea que sea de verdad. La falsedad me da repelús. Entonces a qué esperamos para movernos por y para conseguir mejorar? Huir es el camino fácil y podemos hacerlo porque nadie se extraña, de hecho provoca más miradas incrédulas la valentía de afrontar las cosas cara a cara.
Ayer tuve la suerte de asistir a una jornada muy interesante, sobre duelo y enfermedad. Hoy estoy en reflexión. Vivimos en una sociedad impaciente en la que todo es para anteayer y, a ser posible, con el mínimo esfuerzo.
Alabamos lo superficial olvidando nuestra propia fragilidad.
Somos mortales, sí, todas las personas humanas del mundo mundial. Tu y yo también! Lo acepto y me preparo (sin prisa pero sin pausa).
Hoy me levanté triste, a pesar del sol que ya huele a primavera, o tal vez por ello. Intento apartar la queja y el apego, paso de puntillas por el que ha sido "mi" jardín en los últimos 3 años. Empieza a renacer justo ahora que tengo que dejarlo y mi corazón, apedazado tras tantos duelos, debe cicatrizar nuevamente para asumir otra pérdida.
Entiendo el concepto de agradecer lo vivido, de hecho lo hago. Dejadme al menos llorar una miaja, aunque sea para liberar melancolía. Plantaré nuevas flores, en macetas coloridas, que recibirán mis cuidados y alegrarán momentos de vida.
Me saco las pulgas, me ducho y me voy a dar un garbeo!
Sea como fuere a mi lo que me aburre es la simplez, de simple. Lo sencillo si me gusta, y mucho.
Lo que sea que sea de verdad. La falsedad me da repelús. Entonces a qué esperamos para movernos por y para conseguir mejorar? Huir es el camino fácil y podemos hacerlo porque nadie se extraña, de hecho provoca más miradas incrédulas la valentía de afrontar las cosas cara a cara.
Ayer tuve la suerte de asistir a una jornada muy interesante, sobre duelo y enfermedad. Hoy estoy en reflexión. Vivimos en una sociedad impaciente en la que todo es para anteayer y, a ser posible, con el mínimo esfuerzo.
Alabamos lo superficial olvidando nuestra propia fragilidad.
Somos mortales, sí, todas las personas humanas del mundo mundial. Tu y yo también! Lo acepto y me preparo (sin prisa pero sin pausa).
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Hoy me levanté triste, a pesar del sol que ya huele a primavera, o tal vez por ello. Intento apartar la queja y el apego, paso de puntillas por el que ha sido "mi" jardín en los últimos 3 años. Empieza a renacer justo ahora que tengo que dejarlo y mi corazón, apedazado tras tantos duelos, debe cicatrizar nuevamente para asumir otra pérdida.
Entiendo el concepto de agradecer lo vivido, de hecho lo hago. Dejadme al menos llorar una miaja, aunque sea para liberar melancolía. Plantaré nuevas flores, en macetas coloridas, que recibirán mis cuidados y alegrarán momentos de vida.
Me saco las pulgas, me ducho y me voy a dar un garbeo!
A por la renovación, estaréis ahí mismo?
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