La cosa navideña se acaba, todo es temporal, aún nos queda la cosa real... en siendo buena matriarca tengo, como en Nochebuena, uno o dos paquetitos por cabeza... q vienen siendo muchos porque somos una mafia grande, a pesar de las bajas.
Mañana por la noche pasarán sus majestades por nuestro sofá, dejando una pizca de ganas de levantarnos el día 6, aunque sea para el roscón y el chocolate caliente. He puesto en ello ilusión, esfuerzo, euros... (consumismo?).
Entonces por qué narices tengo ahora mismo esta sensación como de desazón? Supongo que sufro un ataque de añoranza extrema, he envuelto un poco de carbón de azúcar y... he puesto su nombre (seré ingenua)!
Aguanto o me entrego a las lágrimas? Me enfado con el mundo o me reconcilio con la vida? Me da tanta pereza estar mal como sacar fuerzas de flaqueza para estar bien. Es decir que estoy regulera, ni bien ni mal sino todo lo contrario.
Intento huir de lo superficial y llenar de contenido mis actos y acciones, incluyendo permitirme descansar. Recuperar la conciencia después del letargo emocional es un golpetazo de narices con la realidad... y duele. Es un dolor diferente al del duelo.
Toca hacer un reset, formateando para instalar programas muchomasmejores.
De momento he visto una peli con mi hija, haciendo punto, y ahora voy a jugar un poco a estos juegos sencillos de fb, mientras escucho a Sabina... eso hasta que me entre una miaja de sueño... mañana será otro día!.
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