sábado, 11 de abril de 2020

Deshacer



Os habéis fijado en cuanto nos cuesta, a veces, deshacer? Sí, des-hacer, en genérico. 

En mi caso la reflexión me ha venido mientras deshacía un trozo de mi labor punticrucera. Resulta que me había despistado al seguir el patrón, ya se sabe, me sale mi innato punto rebelde. Lo cual me ha llevado a decidir si improvisaba sobre el despiste o deshacía para rehacer.

Como se trata de un dibujo que mola pos digo: para qué lo voy a cambiar, y ahí me veis (me ha costado más descoser que recoser-lo). La vida. Eso con el regustillo de verme siguiendo a rajatabla lo que pone en el esquema. 

Por cierto, bueno sería que hiciéramos o hiciésemos una miaja más de caso a los que nos recomiendan/obligan a confinarnos, que por algo será. Que es Semana Santa, pozi, pero en mis tiempos por estas fechas sólo se salía para las procesiones... sabéis que están canceladas, verdad? Pues eso, cada uno en su casa. (Ay señor, que parezco una Rotenmeyer)

La suerte es que me he puesto a ello (lo de hacer labores) en mi terraza florida, al sol. Que veo yo que compartís unos confinamientos ajardinados que dan mucha penica, ya te digo, que si haciendo rodillos en los áticos, que si desayunando en los patios... Pues mi terracica está muy apañá. Ni tan mal.

En fin, el caso y la cosa es que ésto va para largo. Yo, como ya os conté, sigo currando unas horitas al día. Ahora lo llevo mejor, entiendo que está acertado seguir en ello. Los guantes y la mascarilla ya me esperan junto a la chaqueta y las llaves del coche. Las botas casi se quitan solas y las manos agradecen la crema que antes solía olvidar (es que de tanto lavarlas se quedan acartonás).

Por otro lado sigue sin apetecerme especialmente ni leer ni hacer ningún tipo de proeza extra. Seguir el día a día sin perder coherencia, disfrutando aquellos momentos agradables como ver el paisaje desde mi ventana, la sonrisa de la señora que cuido, las margaritas que van saliendo, los vecinos a la hora de aplaudir, las pocas conversaciones.


El silencio también se agradece. Yo que soy muy social y me encanta quedar con personas amigas, charlar mientras nos tomamos un café, unas birras, unos hierbajos o incluso una pizza. Que añoro los vermuts y las tertulias. Pues resulta que esta pausa también es bien.

Os envío un abrazo enorme y, by @muxotepotolobat, cuando necesites... dame un silbidito. 

viernes, 3 de abril de 2020

#YoMeQuedoEnCasa

Hola, cómo vamos llevando el confinamiento?. 

Qué curiosa es la vida, verdad?. De pronto nos para, así, de golpe y porrazo, a todos a la vez. Aunque cada país sigue sus propios protocolos... El caso y la cosa es que la pandemia es mundial! Uff (servirá para algo?). 


Acabo de salir al balcón a aplaudir a nuestros ángeles terrenales, los que velan por nuestra salud, cantidad de seres humanos a los que respetamos y agradecemos que sean y estén. Mucho. 
Me gusta vivir y compartir ese momento diario. De paso voy conociendo a los vecinos de enfrente, parecéis majetes (encantada). Gracias también por la música.

Yo sigo currando, como muchos ciudadanos. Mi humilde trabajo se considera "servicio esencial" por atender/asistir a una persona mayor (especialmente vulnerable). Os confieso que tengo momentos de todo, dudas, responsabilidad, inquietud.  Me planteo el día a día y lo de "lo vamos viendo". Me da cosica salir, pero voy con guantes, mascarilla y toda la pesca. 

La lluvia ayuda a quedarse en casa, sin duda, aunque echo de menos el sol, ese que hace que el cielo brille. Ahora también brilla... por su ausencia!. Quiero pensar que detrás de las nubes sigue habiendo aquello enorme y azul. Confiaremos en ello, igual que confiamos en que la confinación nos devuelva la confianza. Conciencia, extremar las medidas recomendadas y respirar profundo.

Menudo lío, momento histórico, sin duda, en el que algunos aprovechan para repartir histrionismo a diestro y siniestro. Todos tienen consejos, aunque algunos sean aquello de "consejos vendo... ". Pero vamos, que yo me niego a entrar en pánico. (Sin flower powerez ni catastrofismo). 

Otra historieta es lo mal acostumbrados que estamos a tener todo al alcance de la mano (a veces tb del bolsillo). Ahora da igual que se te caiga un empaste, se te rompan los zapatos o necesites un par de pantalones. Ni unas simples calzorras podemos comprar. Ya ni hablemos de dar un sencillo paseo por la playa o el campo. Puta vida. 

Ni me apetece leer, ni escribir, ni filosofar. Sabéis qué hago? Punto de cruz, así, sin más (y sin menos). He recuperado una labor que tenía abandonada hace años y es como una forma bonita de desconectar y recuperar calma. Bueno, también coloreo mandalas. (Y las tareas domésticas, claro).

Aún así, hoy por hoy, me sigo sintiendo afortunada. Es bien?.
(Desde aquí un abrazo inmenso a todos los/as afectados/as por el covid-19)