viernes, 29 de marzo de 2019

refugio

Hace un par de meses escribía sobre personas que son como islas. Pues vale, hoy quiero hablaros sobre aquellos que nos ofrecen refugio, a ser posible mutuo, (gracias "mi" duende). 

Hasta hace muy poco describía alguna situación/relación (importante) como recreo, aunque livianizaba la realidad. La definición de recrear es algo así como: divertir, alegrar y/o deleitar. Es bien. Pero... qué significa refugiar: acoger a alguien sirviéndole de resguardo. Uhm.

Casi que muchomásmejor lo junto y creamos un concepto nuevo: Refugiarnos mientras nos recreamos (y viceversa). Porque en las relaciones auténticas hay una parte de ambas cosas. Esa confianza y complicidad acompañada de alegría es lo que diferencia aquello que nos hace mejores de lo que nos empequeñece.

Reivindico pues potenciar el uso de la recreación refugiante, eso sí, sin que ello exima a nadie de comportarse digna y respetuosamente, obvio. Yo tengo varios refugios recreativos: leer, escribir, la jardinería (aunque sea terrazística), la música, los paseos... y, sobretodo, las buenas compañías.

Cambiando de tema y hablando de asertividad, recibí un mensaje muy bonico que me recuerda que: soy fuerte y sólo dejo que las cosas me afecten un rato, luego otro... pero entre medias vivo. ¿Y cómo puedo dejar de vivir si tengo gentes tan estupendas?.

Pues eso, me entristezco, me decepciono, me canso, noto ausencias, moldeo nuevamente mi corazón y vuelvo a empezar. Porque, como ya sabemos, "si me caigo me vuelvo a levantar" (Verdad Marc?). Ay, como mola recrearse una refugiándose en y con lo mejorcito!.

Voy a disfrutar una miaja de otro de mis recreos... un cafelito al sol primaveral. 

(imágenes de @muxotepotolobat)




lunes, 25 de marzo de 2019

aportar

Sábado 23/03/19 - Hoy me he levantado super-acatarrada. Sí, ya sé, probablemente tengo las defensas  bajas (también sé por qué). 

Aprovecho para escuchar el audio de "L'ofici de viure" titulado "Aporta o aparta". Muy interesante. Voy escuchando mientras tirito y acabo con las existencias de pañuelos. Me llama la atención un trozo de un poema de David Whyte al que hacen referencia.

Lo busco, me gusta, comparto el final en mis redes. Se entiende?. (Os pongo la traducción). "A veces se necesita la oscuridad y el dulce confinamiento de tu soledad para aprender que cualquier persona o situación que no te haga sentir vivo es demasiado pequeña para ti". 

Me viene al pelo lo que estoy oyendo, mismamente me planteo apartar todo y a todos los que aporten poco, nada o chungo. Ayer en clase decidimos que tenemos la llave para sumar (gracias dones valentes) y yo... Estoy a punto de plantarme!.

Tengo dudas, tal vez lo que estoy viviendo casi como un castigo es sólo una oportunidad más para re-situarme ante lo que me sigue fastidiando. La vida es un poco insistente y me vuelve a mostrar personas incordio reiteradamente. Resuelvo una y me viene otra... menudo coñazo!.

Entonces la inercia y la autoprotección me indican que me aparte, hasta que aparece más de lo mismo. Se cambian las puestas en escena y las situaciones, pero el fondo es parecido. Es como una espiral que me hace volver a ir de puntillas evitando sentirme agobiada y poco valorada.  

A estas alturas las pruebas de continua valoración al igual ya ni tocan... es lo que hay. Empiezo cosas nuevas, pongo interés y lo hago lo mejor posible. Luego compruebo que el resultado dista mucho del acuerdo inicial. Serán falsas expectativas?. O más bien gente abusona que quiere duros a peseta?.

Ay señor!. Y qué hago yo con este malestar??. Es de esos momentos en los que me apetece bajarme una miaja del mundo y subirme a otro planeta. Personas amigas que me leéis con algo de cariño: qué hago, me planto o sigo con ello a ver si lo resisto y lo supero de una puñetera vez?.

Tal vez cuando mejore mi congestión tenga más claro lo que es bien.


(Acabo de recibir un mensaje de una de mis mejores amigas: "de plantarte nada, apearte un poco si, poner distancia y, en vez de plantarte, te replanteas"... Graciass)



miércoles, 6 de marzo de 2019

#mirecreo

Hoy, que el día está gris, iba tarareando por la calle "el sitio de mi recreo", hasta el punto de buscarla en youtube y ponerme los auriculares, cual criatura jovenzuela. Me he liado una miaja entre los cables, el móvil y el paraguas... pero lo he conseguido (aunque casi pierdo el pan por el camino).

Y ahora, ya en casa, lo vuelvo a escuchar e incluso busco diferentes vídeos para compartir uno en mi FB (he editado la publicación como tres veces o así). Y es que, cuando una canción se me mete en el coco siempre es por algo, hasta llegar a la cansinez. 

He pasado un par de días bastante escorromoñada a nivel emociones, sensaciones, sentimientos, añoranzas de amores y desamores. Lo que pudo haber sido, lo que nunca será y lo que tal vez sea (ya sabes, cariño, lo vamos viendo). Me cuento a mi misma, a nivel mental, que todo está procesado, que ya superé los duelos y que el recreo es una buena opción de presente.

Pero de pronto una conversación, un instante aparentemente inofensivo (con alguien de siempre), me estruja el corazón, como si quisiera exprimirlo cual naranja que duda si está abierta buscando esa mitad que nos contaban de chiquis... O si se cierra en banda y/o se asocia con un pomelo. 

Jopeta que intensita estoy, ya lo dicen mis colegas (los auténticos). Y es que cuando sonrío flipo y cuando lloro puedo inundar el mar. Lo mejor del caso es que todo ello es en momentos puntuales, en general soy bastante de andar por casa. Llevo una cotidianeidad tirando a sosa, que se compensa divinamente con las mini-escapadas y los ratos con buenos amigos/as.

Compartir vida con las personas humanas que formáis parte de la mía es bien, incluso muy bien. Gracias! 
Silencio, brisa y cordura... dan aliento a mi "locura".