Nos pasamos la vida deseando que nos aprueben, que nos reconozcan, que nos vean, que nos quieran, que nos aprecien...
Es todo mentira, lo realmente difícil es aprobarnos, reconocernos, vernos, querernos, apreciarnos... acallando el ego y manteniendo la autoestima en niveles aptos para el consumo.
Es una quimera aquello de que hacemos las cosas desinteresadamente. Siempre buscamos algo a cambio, sea satisfacción personal, sea sentirnos mejores, más requetebuenos, sea limpiar aquel trasfondo de pequeñas maldades, sea adormecer el odio. Nadie somos del todo ni buenos ni malos, sino todo lo contrario.
El otro día en la radio hablábamos del amor incondicional, bonito concepto. Hacemos cosas desde el corazón, desde la lealtad, desde el cariño, desde la generosidad, desde la empatia... es bien y bien me parece.
(Confieso que escuché anoche la grabación del programa y me encantó, incluso oírme a mi misma).
(Confieso que escuché anoche la grabación del programa y me encantó, incluso oírme a mi misma).
Pues ahora mismo os confieso que me siento la más tonta del mundo mundial. Quiero pensar que forma parte del aprendizaje de vida, de la humildad necesaria para avanzar sin pisotear, de la aceptación de los errores, de constatar las propias limitaciones, o quizá se trata de traspasar los limites.
Sea como fuere estoy hasta el mismi. Ni soy tan estupenda, ni tan poca cosa. Ni tan inteligente, ni tan lerda. Ni tan responsable, ni tan pasota. Ni tan incansable, ni tan vaga. Ni tan invulnerable, ni tan frágil... Sólo soy una persona.
Sé fuerte, cuídate, ponte las pilas, adelgaza, siéntete bien!!
Y al mismo tiempo atiende, escucha, sonríe, estate siempre dispuesta para todo y casi todos!!! Tengo tanto que aprender, que mi neurona se vuelve tarumba.
Y al mismo tiempo atiende, escucha, sonríe, estate siempre dispuesta para todo y casi todos!!! Tengo tanto que aprender, que mi neurona se vuelve tarumba.
Me da que vengo necesitando unas vacaciones, eso o mandar a la peña a la M.
Ay, que poquita cosa somos, suerte que un amigo me ayudó a conocer las canciones de El Arrebato y para acabar de sentirme como un pañuelo usado me da por escuchar "cuando quieras quiero" (bonita canción).
Que al corazón le importa un bledo la razón...