Llevo años escribiendo, a ráfagas, en momentos de cambio, de pena, de alegría. Escribo y describo mis vivencias, sentimientos, pensamientos, emociones, decepciones, divagaciones, reflexiones, deseos, logros, anhelos, fracasos, tristezas, proyectos…
Incrementé la frecuencia cuando murió mi hijo, como terapia propia, para expresar libremente mi dolor... lloraba, me desvelaba, escribía, entraba en duermevela y... vuelta a empezar.
Poco a poco igual que fui recuperando (casi sin querer) actividades de la vida tales como comer, asearme, dormir, relacionarme, respirar... fui dejando la escritura. La libreta que iba conmigo a todas partes se quedaba esperándome en la mesilla, aburrida.
Un día de pronto mis dedos y mi mente empezaron a pensar por libre, contando otras cosas, cosas de vida y me abrí a compartirlas con todas las personas que quisieran leerlas, así, sin más. Hace poco más de un año empecé a "publicar" lo que escribía aquí mismo.
Tal cual me pasa por la cabeza, lo tecleo. A veces voy por la vida y si se me pasea una idea escribidora saco mi cuaderno de viaje y empiezo a soltar letras ahí, en el papel... qué chulo es eso de la pluma. De hecho suelo tardar más en buscar las imágenes que me molen que en acabar el texto. Algunos alguienes, acostumbrados a la discreción se asustan un poco de tanta verborrea sin censura.
Me encantaría saber lo suficiente como para llenar un libro... (o dos si son pequeños). Os cuento que hoy esto lo he empezado en una hoja de word y según empezaba a llenarse... me he venido a mi casa, la vuestra, la nuestra... esta sencillez en forma de blog.
Y eso que hoy, ahora, tengo un ojo a la virulé por una molesta conjuntivitis y debería dejar de forzar la vista, pero qué queréis que os diga, cuando me da el punto me dejo llevar. Hay tantas cosas que me salen fatal últimamente que al menos jugar a ser escritora de andar por casa me llena una miaja el corazoncito escorromoñao.
Eso o me pongo de los nervios esperando milagros que nunca se producirán. Puede que en mi acto exhibicionista haya un poco de ego pero también valentía, generosidad, complicidad... Qué hago: me dejo llevar por la desazón o le doy cancha a mi neurona para que tenga libertad de expresión?.
Ahí os lo dejo, que tengáis una buena semana :)