y que tenga yo a mi edad problemas con las puñeteras puertas, cagoentó, con lo fácil que parece cerrar a cal y canto, pues ná que ni abierta ni cerrá
qué lata tanto vaivén sin ton ni son, vaya lío de cerraduras, qué cansinez de llaves que parecen de paso y están pasadas de rosca
quiero una puerta abierta de par en par, con sus bisagras, sus anclajes, su picaporte, su cerradura... ah y ya puestos con su mirilla pa echar un ojo a ver quien llama
y de esta manera pues puede una cerrarla, abrirla o... pintarla de colores
claro que al igual lo verdaderamente importante es si la dichosa puerta encierra algo que valga la pena o da a un patio trasero, al cuarto de contadores o incluso si es la de un armario empotrado
porque pedir por pedir, además de que venga completita y con instrucciones de uso pues que lo que abra sea luminoso, que tenga buenas vistas y que se pueda cuanti menos barnizar
abrir y cerrar suavemente al tiempo que ofrezca protección, sin que chirríen los goznes ni se descuelgue del dintel
puertas del mundo terrestre, echarme un quicio para que pueda cruzar el umbral, que de tanto estar en la corriente me va a dar un aire (se admiten puertas correderas siempre que estén de buen ver)
ay que ya me veo yo dando un portazo y descuajeringando los pernios
¿No te parece demasiado sutil? Hay veces que, hablando de puertas, es preciso dar en los morros al cerrarlas.
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