Sentir agradecimiento es una cosa buena, es como que se te llenan los pulmones de un aire suave y te aparece una sonrisa leve, instintiva.
Estos días he recibido muchos regalos de vida, de personas cercanas, de amigos lejanos, de conocidos y también de desconocidos. Desde detalles pequeños hasta acciones "multitudinarias".
Agradezco lo que parece enorme y me quedo con las pequeñas grandes cosas:
La sesión chachi de "bicing". Cenar en familia con infinidad de risas. El precioso ramo de flores para mi chiquis. Subir a Vallter a esperar a los valientes, ver a nuestro amigo entrar con la capa. Encontrar aquel rinconcito especial para merendar recordando. Cenar con amigos entrañables en la casa de siempre. Pasar la mañana del domingo paseando en carro por La Fageda, al llegar encontrar un mega-aperitivo casero amical... Y al volver a casa recibir aquella llamada aplazada en exceso y que me reconforta el alma.
Todo esto en nuestra escapada anual a La Garrotxa, todo ello por y para asistir a la Marxa 100% Tondo, la que los amigos de Olot organizan de forma admirable como homenaje a nuestro Xavi.
Vivir la dedicación de los organizadores, los voluntarios, los participantes, los colaboradores. Reconocer las caras que ya nos van sonando, devolver los saludos con una gran sonrisa, saludar y conversar en ese reencuentro agradable, con aquellas personas que sólo ves allí...
Agradecimiento y resaca, resaca de tantas emociones y recuerdos, resaca y gratitud por tanto cariño...
Va por ti, por tu eterna sonrisa azul, y porque hoy también te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario