A menudo nos aferramos a alguna que otra cosa. Pueden incluso ser objetos inanimados, cuya posesión creemos que nos hace menos infelices. Cuando en realidad nadie es dueño de nada y todos somos propietarios de nosotros, cada uno de si mismo.
Las pertenencias nos dan seguridad, incluyendo formar parte de clanes. Es como si así le diéramos más valor a nuestra existencia. A mí me gusta sentir que formo parte del mundo mundial (y del clan Volpini).
Estos días de este verano raruno me replanteo muchas cosas (los pocos ratos que me quedan libres). Por ejemplo el tema apegos materiales. Os he contado muchas veces que me encanta la casa viejales en la que vivimos. Últimamente lo complicado es disfrutarla, entonces qué más da vivir aquí que en cualquier otra choza?
Será muchomasmejor cualquier lugar que me acoja sin tanta exigencia? Debo seguir en esto mientras lo resista? Es momento para plantearse un nuevo traslado? Ande, cómo? Por qué, con quien??
Y dicho esto ayer por la tarde se declaró un rato de asueto y me dediqué a plantar, replantar, quitar hierbajos, tirar roturas, regar... y me sentí bien. Incluso el cansancio correspondiente era gratificante.
Esta mañana el vaivén de emociones se acentuaba en la presentación de la nueva librería TRAM. Asistí a la creación de la primera, el siglo pasado. Han sido 37 años de muchas vivencias, desde trabajar en ella (y casi toda mi family) hasta todos esos innumerables ratos de tertulia y confidencias en la trastienda. Punto de encuentro de amigos en el que siempre hemos sido bien recibidos por "el jefe" y por "nuestra" Rosemary. Gracias hermanos!
Sabor agridulce por acabar una etapa mágica y muy contenta porque las personas que han decidido seguir con el proyecto, renovando-lo y ampliándolo, son ideales para ello. Personas jóvenes con mucha energia, con luz propia que han sabido transmitir a la renovación del local. Añadiendo un plus interesante con la venta de libros de segunda mano, cuyo beneficio va destinado a la continuación de A Jud-àfrica. Mucha suerte sobrinos!
Y seguimos para bingo en esto que llamamos vida. Ahora más limitada por el cuidado de mi señora madre, que me va a borrar el nombre. To el santo día (y parte de la noche): Emmaaaaa!!!! Santa paciencia! De mientras intento recordar qué me gusta.
Las pertenencias nos dan seguridad, incluyendo formar parte de clanes. Es como si así le diéramos más valor a nuestra existencia. A mí me gusta sentir que formo parte del mundo mundial (y del clan Volpini).
Estos días de este verano raruno me replanteo muchas cosas (los pocos ratos que me quedan libres). Por ejemplo el tema apegos materiales. Os he contado muchas veces que me encanta la casa viejales en la que vivimos. Últimamente lo complicado es disfrutarla, entonces qué más da vivir aquí que en cualquier otra choza?
Será muchomasmejor cualquier lugar que me acoja sin tanta exigencia? Debo seguir en esto mientras lo resista? Es momento para plantearse un nuevo traslado? Ande, cómo? Por qué, con quien??
Y dicho esto ayer por la tarde se declaró un rato de asueto y me dediqué a plantar, replantar, quitar hierbajos, tirar roturas, regar... y me sentí bien. Incluso el cansancio correspondiente era gratificante.
Esta mañana el vaivén de emociones se acentuaba en la presentación de la nueva librería TRAM. Asistí a la creación de la primera, el siglo pasado. Han sido 37 años de muchas vivencias, desde trabajar en ella (y casi toda mi family) hasta todos esos innumerables ratos de tertulia y confidencias en la trastienda. Punto de encuentro de amigos en el que siempre hemos sido bien recibidos por "el jefe" y por "nuestra" Rosemary. Gracias hermanos!
Sabor agridulce por acabar una etapa mágica y muy contenta porque las personas que han decidido seguir con el proyecto, renovando-lo y ampliándolo, son ideales para ello. Personas jóvenes con mucha energia, con luz propia que han sabido transmitir a la renovación del local. Añadiendo un plus interesante con la venta de libros de segunda mano, cuyo beneficio va destinado a la continuación de A Jud-àfrica. Mucha suerte sobrinos!
Y seguimos para bingo en esto que llamamos vida. Ahora más limitada por el cuidado de mi señora madre, que me va a borrar el nombre. To el santo día (y parte de la noche): Emmaaaaa!!!! Santa paciencia! De mientras intento recordar qué me gusta.
Conversar, sonreír, mirar, ver, ser vista, respirar, amar...
son cosas de vida... alguien se apunta?