sábado, 2 de junio de 2018

a veces... cuesta


Será por la "dacriocistitis aguda", o bien por los antibióticos, o por la removida de tripas que éstos provocan, o tal vez por la resaca del intenso mes de mayo... sea como fuere estoy ko técnico.   

En esa fase en la que parece que nada sirve y que las posibles motivaciones andan a toporcu. Entonces me da por reflexionar, por plantearme cosas de esas que llamamos existenciales, y, claro está, en haciéndolo desde momentos bajos el resultado es desesperanzador. 

Salen a la luz parte de las sombras, desordenadas, agolpándose, colapsando la salida (como mis lágrimas ante el tapón del canal lacrimal). Se amontona el desanimo en mi cerebro y se me revuelven las entendederas.

Me he pasado la vida superando y/o soportando pruebas de muchos tipos... familiares, amorosas, económicas, laborales, duelos (algunos severos)... y siempre, tarde o temprano, vuelvo a asomar la cabeza para asirme (aunque sea a un clavo ardiendo) y salir nuevamente a flote.

Es un suma y sigue constante, con esa intensidad que me hace sentir lo bueno, lo regular y lo más chungo. Afrontando desamores y soledades, al tiempo que tejiendo una muy buena red de amigos, potenciando la unión del clan. Es bien, pero empiezo a estar cansada, con ganas de jubilarme del todo y de todos...


Ay! cuantas cosas de vida!!

Lo anterior lo escribí hace un par de días. Ayer ya me eché a la calle, fui a la clase de los viernes, me tomé un gintonic a media tarde con dos buenas amigas, me saqué las pulgas... y hoy nos vamos de excursión a la montaña las tres mosqueteras. Porque la existencia sigue y yo con ella.



Sí, ya sé que algún alguien pensará "ya está Emma con sus altibajos" 
Pozi, se llama estar viva y ser persona humana.
Nos vamos viendo, os lo voy contando.






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